jueves, 27 de enero de 2022

Qué horror, siguen los linchamientos

I.- Como si el país fuera una selva

  1. Hace unos días quedé atónito por un hecho que presencié. Por un rato permanecí turulato, hasta el punto de que me imaginé estar viendo una película hecha para horrorizar.
  2. En un barrio popular de la ciudad capital, una multitud de gente persiguió a un joven que, supuestamente, había asaltado a alguien, y de manera cruel, en plena calle y a la vista del público, hicieron pedazos el cuerpo del alegado delincuente.
  3. Una muchedumbre que procede a descuartizar a un ser humano, debe haber llegado a abrazar una conducta propia de salvajes, porque ya la bestialidad se convirtió en una habitualidad.
  4. La sociedad dominicana, tenía que alojar en su seno a grupos humanos desalmados, para que las atrocidades y el vandalismo imperen impunemente. La incivilidad, al parecer, llegó para quedarse.
  5. El modo de ser propio de los salvajes, se ha metido en la cabeza de quienes aquí han hecho de la ferocidad una línea de como comportarse, y con la firme creencia de que en este país la tosquedad es norma de vida.
  6. La persona física, cruel e inhumana, que ampliamente se ha desarrollado en el ambiente nacional dominicano, llegó para quedarse, porque se encuentra en el espacio físico ideal para darle riendas sueltas a sus designios criminales.
  7. Ninguna garantía de vida hay en una comunidad de mujeres y hombres en la cual basta que un grupo de despiadados, mediante un vocerío, señale a un comunitario como violador de la ley.
  8. Estamos viviendo a merced de lo que decida la voluntad de un cruel cualquiera que, como árbitro carnicero, juez sádico y  bandido de malas artes, atormente a un inocente, crucifique al ciudadano de bien o mortifique al paisano más honesto.
  9. La triste verdad es que el cruel y el despiadado; el implacable, ese empedernido y perverso están imponiendo su ley, la del crimen, la de los antisociales que ahora se han convertido en los que en nuestro país castigan con la pena de muerte, atendiendo a su voluntad ajusticiadora.
  10. Esta situación de deshumanización, no debe continuar. La compasión hay que difundirla para que con total nitidez sea escuchada por aquellos que en nuestro país tienen el corazón endurecido. Hay que utilizar todos los medios civilizados para hacer que entre nosotros predomine el humanitarismo.
  11. El delito muy grave, el crimen en su mayor expresión, hay que sacarlo de la cultura del pueblo, para volver a contar con el compatriota de buenos sentimientos y altamente virtuoso. El homicida es un antisocial que nos daña como país ejemplo de bueno.
  12. Se impone colocar al margen de la sociabilidad, a quienes están en el medio social dominicano, haciendo de dañinos con su bochornoso proceder; actuando en forma degradante, con conducta denigrante y ejecutando actos que menoscaban al país entero.
  13. El salvajismo, los linchamientos nos hacen ver como nada civilizados, y mandamos la fea imagen de que somos habitantes de un país que procura mortificar; que somos propensos a verduguear, y avergonzamos a la especie humana.
  14. En lugar de presentarnos como integrantes de una comunidad de gente mala, debemos demostrar que estamos hechos para ser decentes, íntegros, mujeres y hombres solidarios y de limpia conciencia.

II.- Ideas finales

  1. Nuestros connacionales de hoy están, en su mayoría, ética y moralmente dañados, y muchos de las pasadas generaciones han resultado contaminados por actuales vicios sociales.
  2. Ante la situación de descalabro moral, y la poca o ninguna presencia de sensibilidad en el proceder ciudadano  de ahora, hace falta motivación para la formación de buena conducta y educar en el humanismo.
  3. Al ente social de esta época hay que llevarle a su conciencia lo que le sirva de causa generadora para un accionar que lo haga digno de alabanza.
  4. La ausencia de clemencia, la impiedad y otras tantas formas de horripilar, se suceden a cada rato y en lugar de espanto motivan algarabía.
  5. La falta de sentimientos, la dureza de corazón, la crueldad y otras manifestaciones de insensibilidad, las estamos presenciando a diario y con la mayor indiferencia.
  6. Nos estamos moviendo en un ambiente en el cual a cada instante somos testigos de hechos que hacen que a cualquier ser humano se le ericen los cabellos a causa de horror.

martes, 25 de enero de 2022

Los intelectuales, los legisladores y la salud del pueblo

I.- Los intelectuales y compromiso social

  1. La narración verdadera de acontecimientos pasados, hace posible que diferentes sectores de la sociedad tengan conocimiento del origen y desarrollo de fenómenos sociales ocurridos en épocas remotas.
  2. En la antigua Roma, organizada bajo el sistema esclavista, mientras grandes masas de esclavos eran sometidas a odiosos y extenuantes trabajos, una   minoría cultivaba el intelecto.
  3. Las ininterrumpidas faenas ejecutadas por los siervos, permitió el nacimiento en Roma de brillantes escritores, filósofos, poetas, politólogos y otros que placenteramente cultivaron las artes y las ciencias.
  4. Hoy, 2022 años de la llegada de Jesucristo, superado el orden social que sometía a seres humanos a la esclavitud, está presente otro sistema que, aunque superior al antiguo esclavista, ha generado otro explotado, el obrero asalariado.
  5. Al igual que en la Roma de la antigüedad y su sistema    esclavizador, hoy, el capitalismo con su ejército de oprimidos, posibilita la existencia de grupos humanos que son lumbreras y expresan su sapiencia en las más variadas actividades científicas y culturales.
  6. En nuestro país hay famosos estudiosos, investigadores destacados y pensadores inigualables. De estos, unos son verdaderos descendientes del sistema, mientras que otros se les escaparon y han logrado igualarse a los auténticos en capacidad y talento.
  7. Los intelectuales de aquí que son parte de la clase dominante, lo mismo que aquellos que provienen de los estratos   más bajos de la escalera social, deben su formación a hombres y mujeres del pueblo, que con su trabajo han creado las riquezas materiales y espirituales de las cuales disfrutamos todos y todas.
  8. Esos grupos humanos que carecen de lo indispensable para vivir, y han generado abundancia de bienes, merecen ser reciprocados por ciudadanos y ciudadanas muy ilustrados, a los cuales han facilitado su exquisita educación.
  9. Es un intelectual mezquino el que cree sentirse realizado cuando convierte su inteligencia en una mercancía fuente de enriquecimiento, olvidándose de todo compromiso social.
  10. Aquellos que en nuestro medio tienen el privilegio de ser intelectuales, deben sentirse con un compromiso, si no escrito, por lo menos moral, con los pobres de nuestro país.
  11. Un intelectual comprometido con lo que se llama pueblo, debe estar ahí, a su lado, bajo cualquier circunstancia y sin importar riesgos.
  12. El hombre o la mujer de letras que cultiva las ciencias, no debe ignorar que comprometerse con el pueblo de a pie, quiere decir mezclarse con las dificultades, enfrentar problemas, enredarse con adversarios, juntarse con los pringosos y cuestionar injusticias y privilegios.
  13. Ese intelectual que anda por ahí, muy orondo, quitado de bulla,  como si aquí no pasara nada, de espalda a los problemas sociales, pasará por la vida como un nada, un insignificante cualquiera.

II.- Legisladores comprometidos con sus electoras y electores

  1. En los procesos electorales las ciudadanas y los ciudadanos dominicanos, depositan sus votos por los candidatos a legisladores para que les representen en el Congreso Nacional, diputados o senadores, se supone, son los intérpretes de quienes les han elegido.
  2. Electoras y electores entregan su voluntad política a quienes consideran que luego van a emitir sus votos para honrar la palabra dada, y con la delegación venga la representación y, por vía de consecuencia, el nacimiento de la ley que ha de favorecer al sufragante.

Ideas finales

  1. He hecho el ejercicio de combinar en este escrito a intelectuales y legisladores, para razonar en el sentido de que, en nuestro país, el pueblo tiene la posibilidad de recuperar su derecho a los servicios de salud, hoy en manos de las aseguradoras, si intelectuales honestos y con sentido de compromiso social, motorizan una campaña de opinión pública que motive a los legisladores a honrar el voto de sus electores y electoras.
  2. En toda sociedad, cada uno de sus integrantes está llamado a ejecutar una labor social, aportar al bienestar colectivo, sin esperar otra recompensa que la satisfacción del deber cumplido.
  3. En un país como el nuestro, es un privilegiado ser identificado como intelectual, pero esta acreditación nada vale si no está ligada a la de la lucha social.
  4. Aportar como intelectual o legislador, para que la mayoría de la población dominicana, reclame y logre su derecho constitucional a la salud, es honrar un compromiso humanista, ciudadano, comunitario y social.
  5. En cualquier sociedad humana, los miembros que la integran son definidos  por su conducta y proceder, y así serán juzgados por la posteridad. Sus actos  servirán para definirlos como útil o inservibles.

martes, 18 de enero de 2022

Rolando, gracias

  1.  Por la agitada vida a que está sometido nuestro pueblo, muchas veces deja pasar cosas que son de satisfacción para el ser humano, de ahí que cuando recibimos un bonito detalle, por pequeño que sea, nos sentimos regocijados.
  2. Recientemente, con motivo de mi aniversario de cumpleaños, recibí de Rolando Bretón, histórico militante revolucionario, una agradable cartita, en la cual trae a mi memoria actividades políticas en las cuales ambos participamos, desde los primeros años de la década del sesenta del siglo pasado.
  3. Rolando, muy bien conoce de acciones en las cuales participé, y hoy solamente son episodios que forman parte de la lucha de dominicanos y dominicanas por alcanzar una real democracia.
  4. Confieso que me sentí vivamente emocionado al leer la cartita que me remitió Rolando, particularmente cuando se refiere a mi época de juventud, la brega por los derechos de la clase obrera y de los campesinos sin tierra.
  5. En una sociedad como la dominicana de hoy, en la cual abundan los farsantes, desleales e ingratos, y otros tantos de igual pelaje, contar con amigos como Rolando Bretón, nos dice que no todo está perdido.
  6. La actitud sincera de Rolando, me lleva a confirmar la idea de que en la actualidad, a los amigos hay que pesarlos, no contarlos.
  7. Por lo degradada que está la sociedad dominicana, toda persona que aquí habita, debe estar preparada para espiritualmente mantener su estado de ánimo como un yoyo, en un constante balanceo, columpiándose, en culebrilla. 
  8. Por muy rebosante de alegría que un dominicano o una dominicana cualquiera quiera pasar su día, de un momento a otro aparece un malvado y le cambia hasta el deseo de vivir, convirtiéndole el momento de optimista a pesimista.
  9. Aquí, en nuestro país, deben considerarse afortunados, más que suertudos, aquellos que tienen la dicha de pasar un momento de su existencia jovial, algo divertido, como me sentí al recibir la misiva de Rolando.
  10. La comunicación de Rolando Bretón, la valoro mucho, porque proviene de una persona que tiene una gran sensibilidad; es un luchador político y social de toda la vida y, además, conoce lo que ha sido mi vida en el quehacer político. 
  11. Para concluir estas líneas, solamente me resta decir: Rolando, gracias.

lunes, 17 de enero de 2022

El derecho a la salud: humano y constitucional, pero cercenado

 I. El Estado dominicano y la salud

  1. No padece de manía aquel que se preocupa para que la mayoría de la población dominicana, luche para materializar su derecho humano y constitucional a gozar de salud para mantenerse plenamente saludable.
  2. No hay extravagancia alguna de parte de un ciudadano cuando motiva a los marginados del país, para que sepan que sus derechos económicos y sociales están garantizados por la Constitución, pero ahora están siendo cercenados.
  3. No tiene nada de desatino, demandar que lo mejor del país se movilice reclamando que el Estado saque los servicios de salud del mundo de los negocios.
  4. Todos los habitantes del territorio nacional dominicano, están en la necesidad de saber, para no seguir siendo engatusados, que su derecho a la salud tiene categoría social constitucional, en los artículos 7 y 61 de la vigente Constitución dominicana, los cuales rezan así:

“DEL ESTADO SOCIAL Y DEMOCRÁTICO DE DERECHO. Artículo 7.- Estado Social y Democrático de Derecho. La República Dominicana es un Estado Social y Democrático de Derecho, organizado en forma de República unitaria, fundado en el respeto de la dignidad humana, los derechos fundamentales, el trabajo, la soberanía popular y la separación e independencia de los poderes públicos”.

“Artículo 61.- Derecho a la salud. Toda persona tiene derecho a la salud integral. En consecuencia: 1) El Estado debe velar por la protección de la salud de todas las personas, el acceso al agua potable, el mejoramiento de la alimentación, de los servicios sanitarios, las condiciones higiénicas, el saneamiento ambiental, así como procurar los medios para la prevención y tratamiento de todas las enfermedades, asegurando el acceso a medicamentos de calidad y dando asistencia médica y hospitalaria gratuita a quienes la requieran”.

II.- El derecho a la salud es constitucional

  1. El territorio nacional dominicano, al igual que los seres humanos que lo ocupan, está organizado bajo un Estado democrático, social y de derecho.
  2. De lo que dice nuestra Constitución, resulta que es fundamental el derecho a la salud, y corresponde al Estado garantizarla sin ninguna clase de restricción. Se supone que no debe haber cortapisas para disfrutar del atributo a estar sano.
  3. Por estar definido como democrático, el Estado dominicano debe defender al pueblo, protegerlo en sus libertades y derechos, incluido a mantenerlo saludable.
  4. Contra toda legitimidad constitucional y humanismo, el Estado ha permitido que entre el pueblo y su derecho a la salud, participen las aseguradoras que, como es natural, solo persiguen ganancias y nada relacionado con curación.
  5. Al permitir la intervención de las empresas aseguradoras, el órgano estatal del país, en lugar de ponerle fácil al pueblo su derecho a sanarse, lo que ha traído es desasosiego.
  6. La situación de quien aquí es pobre y padece de una enfermedad cualquiera, es sumamente complicada, porque el Estado ha hecho posible la creación de un tremendo conflicto entre el que quiere y merece cura; el que desea y sabe cómo reponerle la salud al paciente, y la aseguradora que solo le interesa ganar dinero.
  7. El médico hace todo lo que está a su alcance para tratar al enfermo; atenderlo humanamente como es debido; medicarlo con la medicina adecuada para devolverle la salud. Pero nada de esto le importa a la aseguradora, porque ella es extraña a la mejora, al alivio del asegurado.
  8. En este ambiente que emociona y conmueve, sobrecogedor y saca de quicio al más sosegado, son actores con alma y corazón, el enfermo y el galeno, pero no la aseguradora que únicamente tiene como motivo de su existencia la ganancia.

III.- El país necesita de actores con sentido humanista, cívico y ciudadano

  1. Una sociedad humana debe contar con entes sociales dispuestos a incidir para que cese la injusticia y la equidad tome su imperio, pues de lo contrario hay que concluir en el sentido de que la mercancía dinero se tragó nuestra propensión a la compasión.
  2. Muchos de nuestros compatriotas no se han dado cuenta de que, por humanismo, están en el deber cívico y ciudadano de reclamar la ausencia de intermediarias entre el pueblo y su derecho a la salud y a una vida sana.
  3. Es tener su reloj histórico en hora, y no querer hacer una montaña de un granito de arena, decirle al pueblo dominicano que es una tarea a realizar, hacer efectivo su verdadero derecho a la salud.
  4. No hay que hacer demostración de admiración y de hermosos sentimientos hacia el pueblo humilde y trabajador, para reclamar lo que con justeza le corresponde.
  5. Nada se opone a simplificarle al pueblo, hacerle a los marginados de la sociedad más sencilla la idea de que depende de que se movilicen para materializar su derecho a la salud.
  6. Ante aquellos que se interesan por sembrar el oscurantismo en la mente de los hombres y las mujeres del pueblo, hay que contrarrestarlos mediante la difusión del pensamiento que procura el progreso y el avance de la sociedad al derecho humano a la salud.
  7. En nuestro país la situación se presenta muy clara, a saber: a) Unos que quieren, por conveniencia, que todo siga igual, se conserve sin modificación alguna y, b) Otros que creen que la permanecía del actual orden social lesiona a la mayoría del pueblo y, por tanto, hay que proceder a su transformación.

IV.- Las aseguradoras, los pobres y los ancianos

  1. No es más que un fantasioso aquel que considera que así por así, en forma alegre y graciosa, el pueblo va a lograr alcanzar que su derecho a la salud sea una realidad, y no lo que es ahora, una pura ficción constitucional.
  2. Reclamar a lo que se tiene derecho, es una decisión legítima que cada hombre y mujer debe ejercer bajo cualquier circunstancia. No se logra de un día para otro sacudir la consciencia de los marginados de la sociedad, para que comprendan y accionen contra los males que les afectan.
  3. El Estado dominicano está obligado a salvaguardar el derecho a la salud, sin importar color, nacionalidad, edad, invalidez o enfermedad. Cada persona física debe tener garantía efectiva de servicios de salud, sin tomar en cuenta el nivel o costo de la sanidad.
  4. La salud, al igual que las enfermedades, es causa de atención y debe motivar interés en cualquier comunitario atento al bienestar social. Solamente los indolentes permanecen indiferentes a lo que atañe al ser humano.
  5. Los compatriotas sensibles de nuestro país, deben hacer conciencia de que no hay razón para que los pobres y ancianos enfermos, sean vistos como residuos, desechos sociales, de los cuales hay que salir porque para el sistema imperante son cargas, estorbos, y no fuerzas económicamente activas.
  6. La idea que está predominando en el mundo de los negocios de las aseguradoras, es que los enfermos pobres y los de edad avanzada, ya dejaron de generar ganancias, y ahora no son más que rechazos humanos, a los cuales hay que quitarse de encima, prescindir de ellos porque solo generan gastos.

viernes, 14 de enero de 2022

Por la salud del pueblo, motivar a los buenos

I.- Conversando con algunas de mis nietas

  1. Los raros momentos que tengo para hablar con algunas de mis nietas, los aprovecho para conversar con ellas sobre sus estudios, béisbol, la realidad del país y con respecto a cualquier asunto que ya he abordado por medio de mis cotidianos escritos, publicados en diferentes medios de comunicación del país.
  2. Precisamente, hace unos días, con motivo de exponer públicamente mis ideas con relación a la salud y las empresas aseguradoras, una de mis descendientes me preguntó si creía que el pueblo sacaría algún provecho de mis mensajes. 
  3. A la inquietud de mi nieta le respondí diciéndole que para cosechar y llegar a recolectar, hay que esparcir las semillas en la tierra, o lo que es lo mismo, hay que lanzar las ideas para que prendan, enganchen en la conciencia de las masas populares.
  4. Lo que tenemos en el pensamiento, las ideas, se materializan cuando se convierten en herramientas necesarias para con el accionar de las fuerzas motrices que las hacen suyas, producir los cambios perseguidos.
  5. Pero las transformaciones no se producen en el espacio de tiempo que así lo deciden aquellos que las impulsan y necesitan, sino cuando se combinan factores que hacen posible la renovación social.

II.- Cómo se desarrolla la lucha política y social

  1. La lucha de los pueblos por alcanzar sus objetivos políticos y sociales, no se desarrolla en forma rectilínea, sino ondulada, como moviéndose en zigzag.
  2. De igual manera, los oprimidos no logran sus reivindicaciones de un momento a otro, sino que precisan acumular fuerzas, para luego obtener en un día, los reclamos que han hecho durante veinte años.
  3. Las grandes mayorías nacionales dominicanas, tienen muchas cuentas por arreglar con sus adversarios nativos y extranjeros, y no lograrán el saldo en un abrir y cerrar de ojos, como tampoco será muy prolongado el tiempo.
  4. Aunque el proceso de liberación nacional de nuestro pueblo ha sido truncado en su curso, no hay duda que llegará a su final por entero, y esperamos que sea lo más temprano posible. Mientras tanto, hay que continuar accionando, para que las pequeñas conquistas formen parte de la consecución de la victoria final.
  5. En el accionar político, por muy diminuto que sea un éxito, a la postre sumado a otros, se comprueba su enormidad. Lo importante es que los pobres se sacudan, moviéndose en diferentes escenarios como dueños de su propio destino y confiando en sus fuerzas y en las de sus más consecuentes dirigentes.

III.- Motivar a los buenos para defender la salud del pueblo

  1. A los sectores, clases y capas sociales que en una sociedad injusta son víctimas de las iniquidades, hay que alumbrarlos, instruirlos para que aprendan a moverse en defensa de sus demandas; darles luz para que salgan del oscurantismo a que han sido condenados y luego alcancen la claridad.
  2. La desesperación no favorece el accionar de los oprimidos, por lo que no es correcto forjarles falsas expectativas que luego les motivan fallidas ilusiones.
  3. Los pueblos no deben ser orientados para que políticamente procedan dando saltos para caer en el vacío. Se les guía a los fines de que ejecuten lo que es alcanzable, no hacia lo que necesariamente concluye en un fracaso.
  4. Sería una pura ilusión pensar que el pueblo dominicano, va a lograr en un santiamén modificar la ley que pone su salud bajo el control de las aseguradoras. Semejante pretensión debe ser el resultado de un conjunto de fases sucesivas, de un proceso.
  5. Se impone utilizar los medios adecuados para que las masas populares, se apoderen de la idea de que a ellas y a nadie más corresponde reclamar algo a lo que tienen derecho, a disfrutar de salud garantizada por el Estado dominicano.
  6. La brega reivindicativa por la sanidad popular, no tiene que ejecutarse a toda máquina, de prisa y corriendo, como tampoco pausadamente.
  7. No se ejecutan las demandas populares por el deseo desesperado de un politiquero que se mueve presuroso en busca de lo suyo. Las tareas políticas con sentido de pueblo, hay que llevarlas con buen tino, prudencia y suma cautela para evitar errores fruto de la falta de tacto.
  8. Se impone hacer hincapié en el orden de que es un objetivo a cumplir, un compromiso social, cívico y ciudadano, defender el derecho a los servicios de salud, y que sea el Estado el verdadero guardián de la sanidad pública, y no que propicie el desamparo.
  9. Alrededor del derecho del pueblo a la salud, debidamente protegida por el Estado, hay que aglutinar; unificar a mujer y hombres sensibles; juntar a los sectores identificados con las causas justas.
  10. Convencer a las personas físicas de sanos sentimientos, es un trabajo a realizar que se logra sin mucho esfuerzo, aunque no de repente, ni de la noche a la mañana. A los buenos no hay que darles mucha mente, como tampoco se convencen de sopetón.
  11. Sensibilizar para que el pueblo esté sano, unificar para que nuestros compatriotas permanezcan fuertes, como un roble. Hay que mover a las buenas voluntades.

jueves, 13 de enero de 2022

El Estado, y el pueblo ante el negocio de la salud

Explicación

Este escrito lo hago partiendo de vivencias, de las enseñanzas que he sacado de lo que he vivido como paciente, asegurado y de lo que he comprobado le ha ocurrido a incontables connacionales.

A los sectores, clases y capas sociales que en una sociedad injusta son víctimas de las iniquidades, hay que alumbrarlos, instruirlos para que aprendan a moverse en defensa de sus demandas; darles luz para que salgan del oscurantismo a que han sido condenados y puedan alcanzar la claridad.

I.- Su seguro no la cubre, palabra fatídica para los pobres

  1. Aquel pobre asegurado, a quien un médico le prescribe un medicamento, el empleado de la farmacia siguiendo las instrucciones de la aseguradora, impugna la receta bajo el alegato de que le falta una coma; la firma del galeno no es legible; el sello está borroso; la fecha no está clara, o que el nombre del patentizado no está escrito correctamente.
  2. En nuestro país, hay todo un conjunto de palabras que a los oídos de los más necesitados les llegan formando parte de un vocabulario para causarles pesadumbre y molestia, tal cual la combinación de sonido “no lo cubre”.
  3. Una vez un dominicano o una dominicana que no tiene lo necesario para vivir, se presenta con una receta médica a una farmacia, y el empleado o despachador le dice:”ese medicamento no lo cubre su seguro”, el enfermo desamparado se siente como un candidato a morir. 
  4. Son millones los hombres y las mujeres del pueblo, que forman parte del ejército de desvalidos que, porque su seguro no les incluye, no tienen acceso a las medicinas de calidad indispensables para enfrentar su quebranto. 
  5. Porque el seguro no los protege en el precio, los marginados sociales se ven expuestos a aceptar con resignación una enfermedad sin posibilidad de enfrentarla para curarse. El que está afectado, ante la imposibilidad de adquirir las buenas medicinas, tiene una opción: morirse o rebelarse. 
  6. La persona enferma y sin recursos económicos, una vez no puede enfrentar su quebranto por los elevados precios de los medicamentos que no cubre su seguro, al instante cae en falta de energía moral y física, en un marasmo que le precipita la muerte.
  7. Esa persona humilde que siente que el final de su vida le llegó porque el seguro no le cubre la medicina adecuada para sanarse, tiene dos posibilidades: esperar el día de su partida del mundo terrenal o enfrentar el sistema que la quiere matar quitándole su derecho a medicarse.
  8. Aquí son miles los pobres y ancianos que mueren por no tener a su disposición y alcance los servicios de salud y medicamentos necesarios para curarse de la enfermedad que padecen.

II.- Médicos y honorarios insignificantes

  1. Al pueblo dominicano hay que explicarle la razón por la cual, el médico cobra una suma de dinero adicional a la cantidad insignificante que por concepto de honorarios le paga la aseguradora.
  2. Porque las aseguradoras abonan miserables honorarios a los médicos, los pacientes carentes de recursos económicos se ven privados de recibir sus consultas, porque no tienen posibilidad de pagar la suma de dinero adicional.
  3. Las compañías que se supone deben enfrentar los costos de los riesgos de salud de sus asegurados, tienen tarifas no para médicos, no para profesionales de la medicina, sino para practicantes o paramédicos.
  4. Los pobres están impedidos, conforme los catálogos de honorarios fijados arbitrariamente por las empresas aseguradoras, de recibir atenciones de facultativos altamente calificados y que valoran seriamente sus servicios.
  5. Al parecer, el asegurado no puede ser asistido por un médico con preparación especial, sino por uno de esos que dicen hacer cosas misteriosas, por un brujo.
  6. Conforme los honorarios que asignan las aseguradoras, no hay distinción entre el médico que se dedica a una especialidad en su profesión, olvidando que la especialidad tiene un rasgo distintivo, no así el uno de tantos.
  7. Diferentes enfermedades azotan hoy a nuestro pueblo, sin que este encuentre un órgano que lo ampare. Por el contrario, su sanación está en manos extrañas a la misión de sanidad.

III.- El derecho de los pobres a la salud está atrapado

  1. A las masas dominicanas depauperadas hay que instruirlas para que sepan que deben de integrarse a la brega social para permanecer con vida, para que la misma no dependa de lo que cuesta una medicina, y su alto valor económico no las lleve a la tumba.
  2. Si lo que se identifica como pueblo, tiene su derecho a la salud atrapado en la red del sistema injusto, lo que debe hacer es luchar para salirse de esa trampa, y de cualquier forma liberarse del entramado organizado en su contra.
  3. En una sociedad como la dominicana de hoy, la cual está degradada en lo ético, moral, humano e institucional, tiene que haber surgido de una mente diabólica unificar salud y ganancias.
  4. Ganancias, sacar provecho de un negocio cualquiera, nada tiene que ver con aplicar al enfermo medicamentos que, por su bajo costo, no sirven para vencer una enfermedad.
  5. En un orden social en el cual la salud es una mercancía y el paciente un cliente, y ambos dependen de una compañía comercial en busca de ganancias, el pobre que se enferma no tiene otra alternativa que no sea la de morirse.

Ideas finales

  1. Una persona física cualquiera, no está desprovista de sentido moral, por el hecho de constituir o formar parte de una compañía que tenga que ver con el pago de honorarios médicos, el precio de estudios o medicamentos.
  2. El Estado dominicano no debe permitir que sea objeto de comercio, el conjunto de medicamentos y servicios destinados a preservar la salud de la población presente en el territorio nacional.
  3. Resulta inconcebible que sea la aseguradora, y no el médico, la que determine que un asegurado se haga o no un estudio para determinar si, por ejemplo, está afectado por un tumor. Hoy, el quebranto de una persona, no lo decide el galeno. Lo certifica, aprueba o rechaza la compañía de seguros.
  4. Sacarle provecho a un negocio, es algo legítimo, pero es un acto inhumano permitir obtener rendimiento económico sobre la base de afectar la sanidad de la mayoría de la población del país.
  5. Con la expresión “no lo cubre”, las aseguradoras no solamente se liberan ante la necesidad de un medicamento y el pago adicional de los honorarios de los médicos, sino que se extiende también a determinados estudios especiales.
  6. Poco importa que un paciente tenga la necesidad de someterse a un pet/scan, indicado por un especialista de la medicina. La aseguradora se siente liberada de autorizarlo, bastando con decir “el seguro no lo cubre”, aunque el enfermo asegurado le pague a la compañía más de cien mil pesos anuales.

lunes, 10 de enero de 2022

La salud no está asegurada en compañías de particulares

I.- Lucha y compromiso social

  1. Las dominicanas y los dominicanos, que tenemos la posibilidad de escribir y hacer públicas nuestras ideas, y además estamos comprometidos con la lucha social, cívica y ciudadana, debemos de hacer uso útil de la facultad de pensar.
  2. La obligación voluntariamente contraída de enfrentar lo injusto, impone a los involucrados en el accionar político liberador, a no proceder como diletantes, sino con gran empeño, mucha vehemencia y decidido entusiasmo.
  3. Si estamos convencidos de que el pueblo dominicano está regido por un sistema social que se fundamenta en la desigualdad de oportunidades, el deber nos impone, sin pretender ser vanguardistas, señalar las lacras que genera el statu quo, y dañan al ser humano.
  4. En determinadas coyunturas, los pueblos requieren del accionar público de equipos humanos compuestos por personas sensibles, con sentido de obligación social y ciudadana, que tengan facilidad de desmenuzar y exponer en forma fácil al pueblo llano, determinados asuntos.
  5. Para la generalidad de los hombres y las mujeres del país, no es una cuestión de poca importancia, tener conocimiento de todo aquello que tiene relación con la condición del organismo, es decir, con la salud, porque la misma entraña aptitud para vivir y desarrollarse.
  6. El agitado tren de vida que están obligadas a desplegar las masas populares para conseguir un pedazo de pan, les impide detenerse a pensar en las maniobras que hace una minoría como intermediaria manejando los servicios de salud de manera caprichosa.

II.- Es un deber recuperar el derecho del pueblo a la salud

  1. Es una labor social incidir en el medio donde vivimos para interrumpir o acabar con todo aquello que va contra la vida de los integrantes de una sociedad humana cualquiera.
  2. Con toda razón y justicia procede que ciudadanas y ciudadanos, con calidad moral e intelectual, sin politiquería, asuman como labor social y humanitaria, la tarea de llevar al seno de la sociedad y a los organismos institucionales, el mensaje de la necesidad de quitarle a grupos ausentes de sentimientos hacía el género humano, el control de decidir los servicios de salud.
  3. Se impone ejecutar acciones públicas, que lleguen a la mente de las personas sensibles, a los fines de probar con documentos irrefutables y testimonios confiables, que una de dos: se está al lado de las ganancias abusadoras, o con el derecho del pueblo a la salud y a la vida.
  4. En ningún momento, ni en país alguno, la salud del pueblo puede estar a merced de lo que decida la conveniencia de una persona física o moral que pone por delante los beneficios particulares, y no la sanidad colectiva. Obrar sin pensar en los demás, es propio del individualismo que nada tiene que ver con sanación y vida.
  5. Porque aquí, en esta tierra de nuestros amores y sinsabores, el gobierno central y el cuerpo legislativo no tienen interés en limitar ni quitar el control que sobre los servicios de salud tienen compañías comerciales, corresponde a las fuerzas motrices más lúcidas del país, identificarse con los humildes y tomar la iniciativa para movilizar a las masas y llamar la atención de las personas sensibles.
  6. No hay que hacer un gran esfuerzo para convencer a la comunidad sensata dominicana, de que es un asunto de trascendencia, de gran importancia, que la seguridad y garantía de la salud no dependan de voluntades individuales movidas solamente por ganancias.
  7. Para que se imponga lo que es conforme a la justicia y a la razón, no hay que recurrir a los sonidos hirientes y desagradables, ni mucho menos a métodos destemplados. Basta con demostrar que se opera basándose en la ecuanimidad, en la honradez para provecho de la comunidad.
  8. Es fácil probar lo que está a la vista, y más cuando se busca enfrentar algo que en el ambiente nacional se comporta de manera inhumana. El salvajismo y el humanismo no pueden coincidir.
  9. Aunque sectores del país tienen a nuestro pueblo como una cosa sin valor ni importancia, minimizándolo, la verdad es que los marginados de la sociedad dominicana, no son tontos y saben que su derecho a la salud está secuestrado, atrapado por algunos que simulan un humanismo que no sienten.

III.- Defender el interés colectivo genera adversarios, pero poco importa

  1. Todo aquel que abraza la lucha social con firmeza, convencimiento y coherencia, debe saber que va a tener de frente a quienes se aprovechan o se sirven del orden establecido. La brega contra intereses económicos, engendra adversarios desde todos los litorales.
  2. Siempre, y bajo cualquier circunstancia, el ser humano que decide hacer causa común con las víctimas de la opresión, solo debe razonar en el sentido de qué lado está la justicia, que es la que hace a los seres humanos honestos, íntegros y ajustados a la realidad de su pueblo.
  3. En la defensa del interés colectivo, ante las conveniencias individuales, hay que distinguir lo personal de lo económico. Enfrentar una situación injusta, no significa llevarla al individuo que forma parte del órgano que genera la iniquidad.
  4.  Debemos de estar conscientes de que aquel que está dominado por lo que le es lucrativo, no ve las cosas más allá de lo que le es provechoso, y cree que una crítica a sus intereses de clase, es un ataque a su persona. Le es difícil separar lo fructífero para sí, de la posición de quién defiende la parte humana de la población en general.

Idea final

  1. Resulta sumamente espinoso tocar temas que afectan intereses económicos de clases sociales minoritarias. Referirme a la necesidad de quitarle el dominio de la salud del pueblo a empresas comerciales, irrita a familiares; es peliagudo por el celo de algunos amigos con lo que es de su beneficio personal, y algo intrincado para muchas amistades. Pero particularmente a mí, no me queda de otra, porque me siento de por vida comprometido con lo que es de la conveniencia para la colectividad dominicana, y de ahí nadie me saca.

sábado, 1 de enero de 2022

Algunos deseos posibles en el año 2022

 I.- Iluso no, soy realista

  1. Creo no tener nada que indique que me inclino a vivir de ilusiones. Por el contrario, trato de ser realista y mantenerme con mi reloj en hora, con respecto al medio donde me ha correspondido vivir.
  2. No ignoro la sociedad humana donde me encuentro y el sistema social que en ella predomina, el cual ha contribuido a endurecer las fibras sensibles de amplios sectores del conglomerado nacional dominicano.
  3. Nada quita que, aun conociendo el medio donde vivo y la apatía que lo ha contaminado, manifieste mi voluntad a que en el nuevo año se materialicen mis anhelos con relación a determinados asuntos de interés humano, nacional e internacional.

II.- Aspiraciones posibles, pero con acciones de masas

  1. Es mi deseo vehemente que del pensamiento de mis connacionales desaparezca el odio, para que el sentimiento de antipatía arraigado en amplios sectores, clases y capas sociales de la sociedad dominicana, ceda su lugar al afecto sincero. 
  2. Pretendo que la vida material y espiritual de las grandes mayorías nacionales, deje de ser angustiosa, y su tormentosa existencia se le haga algo llevadero, y no inviable como ahora, que les resulta imposible para vivir dignamente.
  3. Quiero continuar accionando para que nuestro pueblo haga conciencia de la necesidad de luchar contra el sistema para acabar con la desigualdad, adecentar la vida pública, para que el fenómeno de la corrupción no siga dominando el ambiente del país. 
  4. No hay duda de que suspiraría profundamente, luego de saber que el año 2022, trajo para el pueblo servicios de salud y de educación de calidad, sin ninguna clase de intermediarios que solamente saben hacer comercio para aniquilar el saber y el derecho a la vida.
  5. Ardientemente deseo que nuestro pueblo eleve hasta lo más alto su nivel de conciencia ciudadana, cívica, política y social, para que llegue a disfrutar de un gobierno verdaderamente democrático, integrado por una conjunción de fuerzas económicas, políticas y sociales identificadas con el desarrollo nacional independiente. 
  6. Sería anhelante para mi, ver que los ricos del país, o su gran mayoría, piensen como mujeres y hombres de la burguesía nacional, bregando por su mercado nativo, contra los rapaces intereses extranjeros que mancillan la soberanía nacional y tratan a los acaudalados criollos como simples apéndices, cola del principal imperio occidental. 
  7. Aspiro a sentirme que vivo en un medio en el cual no estoy asfixiado por las pestilencias que se respiran en el ambiente dominicano, ahogado por la podredumbre que emana un orden social degradante que mantiene al pueblo respirando males sociales por todas partes.

III.- Ideas de aspiraciones finales

  1. No es pretender vivir en una comunidad humana de puritanos, expresar el legítimo deseo de tener una existencia acorde con garantía de vida, orden institucional y vigencia de principios éticos y morales.
  2. Como ser humano y ciudadano de un país cargado de pobreza, es de justicia tener la voluntad de pretender ver materializadas aspiraciones que, con determinación, es posible que se conviertan en sueños hechos realidades.
  3. Porque confío en el poder de las masas populares dominicanas, creo no estar despistado cuando expongo deseos que se pueden realizar, y que otros pueblos con menos tradición de lucha que el nuestro, han materializado.
  4. Hago mía la idea de “que lo importante es poder decir, como Galileo, que el mundo se mueve…, que el mundo se mueve y avanza, mas no en la dirección como desearían imponerle las clases dominantes sobrepasadas por la historia, incapaces de renovarse, faltas de inteligencia para comprender la inevitabilidad de los cambios y, lo que es más importante, imposibilitadas además de impedirlos”.
  5. Finalmente, América Latina, El Caribe y el mundo entero se mueven y marchan hacia adelante, a golpes de cambios, de transformaciones impuestas por los que en cada país son los más, los marginados de la sociedad que, aunque son mayoría, hoy no controlan el poder del Estado.