jueves, 29 de diciembre de 2022

Legítima aspiración humanista

Introducción

  1. Para aquellos que no quieren, no creen, ni confían en el pueblo, este solo existe de manera abstracta, es una fantasía. Ellos solo lo imaginan real, en concreto, para hablarle de algo que no es verdad, pero desean que escuche.
  2. Con todo y eso, la realidad es que las amplias masas existen y constituyen la mayoría de la población, sin tomar en cuenta régimen económico y social existente.
  3. En nuestro país, los grupos económicos que históricamente han controlado los poderes públicos, se han formado la falsa idea de que manejándose como hasta ahora se van a eternizar en el dominio del Estado.

I.- Aquellos que pretenden ignorar a las masas populares

  1. No debe ser ignorado el hecho de que por ser la sociedad dominicana policlasista, la clase dominante, esa que tiene en sus manos los medios de producción de bienes materiales, decide la vida económica y política del país.
  2. Bajo cualquier sistema opresor, los sectores dueños del poder, no pueden existir como clase, si no cuentan con los trabajadores, que son los que aportan la fuerza de trabajo que convertida en mercancía genera ganancia.
  3. Partiendo de lo importante que es el ser humano bajo cualquier régimen social, resulta determinante cuidarlo para que se conserve en perfectas condiciones.
  4. Pero ocurre que en nuestro país, las clases que se reparten el pastel del poder político y social, en lugar de proteger a las masas populares, las mantienen abandonadas, como que les da lo mismo que vivan como que mueran.
  5. A los que se enriquecen comprando fuerza de trabajo barata, les conviene preocuparse para que sus principales cooperantes se mantengan saludables para que sigan siéndoles beneficiosos.
  6. Pero se da el caso de que aquí, los sectores que manejan el Estado, no toman en cuenta al pueblo como una realidad, sino como una ficción, se hacen los distraídos; los desentendidos, algo así como no darse por enterados.
  7. ¿Con qué ánimo, con cuál energía, de dónde va a sacar empuje, cuál entusiasmo va a tener una persona que carece de lo indispensable para vivir? La mujer o el hombre abatido, se siente reducido a la nada cuando no satisface sus necesidades más perentorias.

II.- La marginación social no es eterna

  1. No hay duda. Están totalmente equivocados aquellos que en nuestro país se creen olimpos con respecto al pueblo, y con su mentalidad celestial ignoran a los de abajo, a los marginados de la sociedad dominicana.
  2. Los potentados, los grandes magnates de este país al parecer olvidan que ningún pueblo puede ser mantenido eternamente marginado del progreso social. El pobrismo, la pobrería, no debe ser la forma normal de una existencia digna.
  3. Las orillas de los principales ríos del país y de las amplias cañadas, no deben seguir siendo el refugio de los desamparados, arrastrados, desposeídos, apurados y pelagatos dominicanos.
  4. La minoría nacional que con burla exhibe lujo y riqueza, a lo mejor no se da cuenta que exteriorizando su irritante enriquecimiento contribuye a encolerizar a las masas depauperadas.
  5. Ninguna comunidad humana puede permanecer soportando condiciones de vida material y espiritual que hagan a sus integrantes un montón de restos de personas inservibles por estar convertidas en desechos humanos sistémicos.
  6. Coloca al ser humano en posición de inferioridad frente a los demás, con deprecación recibir dádivas para poder conservarse con vida. Al pueblo dominicano lo han convertido en limosnero, en un país de pordioseros, aunque es dueño de una mina de oro.
  7. La mayoría de la población dominicana, no debe continuar viviendo pobremente, mientras una minoría permanece muy cómodamente, sin trabajar ni con preocupaciones. La desigualdad hay que hacerla desaparecer e imponer la igualdad de oportunidades.
  8. Debemos aspirar a la encarnación suprema del humanismo, que es liberar a la especie humana de toda forma de opresión, para alcanzar la plena felicidad, que ha de llegar impregnada de amor, bienestar material y desarrollo de los más elevados principios éticos y morales.

Ideas finales

  1. Las mujeres y los hombres sensibles de nuestro país, no deben caer en sentirse subestimados y permitir que el ambiente dominicano siga deshumanizado, y el pueblo menospreciado y desvalorizado en sus condiciones humanas.
  2. Debemos preocuparnos por construir un orden social que garantice a nuestros connacionales, el real derecho a comer, educarse, tener servicios de salud y un techo para vivir dignamente.
  3. Lo mejor de nuestro pueblo, las personas honradas del país, no deben permanecer viviendo en condiciones humillantes, extendiendo sus manos para recibir donativos y así mitigar su hambre. El deseo y la necesidad de comer, deben tener una respuesta digna.
  4. La democracia dominicana, por más que quiera ser presentada como garantía de vida para el pueblo dominicano, ella resulta una traba para el desarrollo humano, lo que la convierte en un sueño angustioso, una preocupación grave y dañina.

martes, 27 de diciembre de 2022

Mensaje del papa en la misa del gallo

I.- Al hablar el papa Francisco

  1. En la vida de los seres humanos, como durante la existencia de las instituciones y las organizaciones, ocurren hechos que de una u otra forma inciden en su permanencia y funcionamiento.
  2. La llegada del papa Francisco, para estar como cabeza principal de la Iglesia católica, ocurrió en un momento adecuado, tomando en consideración el deslustre en que se encontraba parte de la cúpula del catolicismo.
  3. El sucesor de San Pedro, en todo el curso de su papado, ha demostrado que tiene su reloj histórico en hora, a la vez que se ha manejado con habilidad y cuidado, con sumo tacto en asuntos muy delicados.
  4. El vicario de Cristo, no habla por hablar, sino que cuando hace uso de la palabra, punto por punto, aborda temas de singular importancia, no solo para sus feligreses, sino para la comunidad universal.

II.- Dinero, poder y placer

  1. Recientemente, con motivo de la misa del gallo, el padre santo dijo durante la homilía que: “La existencia de una humanidad insaciable de dinero, poder y placer que devora a los más débiles y causa las guerras…".
  2. Desear con ansia desmedida la mercancía dinero, lleva a determinados grupos humanos a volverse locos y hasta creer que si carecen de fortuna no forman parte del mundo terrenal.
  3. El ambicioso de dinero daña el ambiente donde lleva a cabo sus actividades cotidianas, porque la sed por acumular le guía al deseo exagerado, a la codicia.
  4. Cuando el pontífice se refiere a los que se comportan insaciables de dinero y placer, piensa en personas que se hacen esclavas de cosas materiales. Solo existen teniendo como objetivo de vida alcanzar el dinero, sin tomar en cuenta cómo lo pueden obtener, de manera lícita o no.
  5. Allí donde el dinero es la razón de ser de los integrantes de la sociedad, esta tiende a hacerse completamente desalmada, pervertida y cae en la vileza generalizada.
  6. El romano pontífice, al hablar del dinero, también hizo referencia a las causas de las guerras, a los enfrentamientos a que recurren diferentes naciones, principalmente por medio de las armas. Poco importa la causa generadora de una discordia, lo que sí cuenta para sus propiciadores es su particular interés.
  7. Por lo general, lo que se conoce como guerra, la lucha armada, se da entre Estados o clases, por la realización de objetivos económicos y políticos, es la continuación de la política por otros medios.
  8. Las guerras de rapiña, aquellas que llevan a cabo las potencias coloniales, siempre tienen de por medio el dinero, porque persiguen el saqueo de los recursos naturales de los países agredidos.
  9. En las dos conflagraciones mundiales que han ocurrido hasta ahora, la raíz económica ha estado en esas desgraciadas contiendas. Alrededor de los choques armados han dicho presente las pretensiones de dominio para de cualquier manera procurar beneficios, obtener ganancias, el lucro.
  10. Cuando la cabeza de la Iglesia católica, dice que hay una humanidad insaciable de dinero y placer que devora a los más débiles y causa las guerras, con claridad meridiana retrata a aquellas sociedades en las cuales una minoría se traga con ansia y rapidez las legítimas aspiraciones del pueblo.
  11. El papa Francisco, al utilizar las expresiones “… devora a los más débiles…”, ubica a aquellos países donde los insaciables arrasan, asolan y reducen a cenizas a los oprimidos.
  12. Al presionar a las grandes mayorías, los más poderosos someten y sacan provecho económico y poder político. El resultado es el avasallamiento, subyugar para debilitar y, finalmente, aniquilar la libertad mediante la opresión.
  13. El insaciable de dinero, poder y placer, se considera estar por encima del pueblo, porque su ambición, su avidez le hace creerse fuera de toda clase de moderación. El insatisfecho no tiene límites.
  14. Un medio social dominado por ambiciosos, permanece deshumanizado, porque allí donde predomina el avaricioso, no cuenta lo que es de provecho para la mayoría de la sociedad humana.

Ideas finales

  1. Las ideas expuestas por el santo padre, tienen muchas formas de ser analizadas, principalmente por los sectores que inciden en el quehacer político y social dominicano.
  2. Cuando el obispo de Roma, se refiere a insaciables de dinero, poder y placer, hay que pensar en aquellos que aquí son arribistas, que también pueden ser identificados como los trepadores sociales, ni más ni menos, los aprovechados del orden social vigente en la República Dominicana.
  3. En nuestro país, de las palabras del papa, hay que recordar placer, delectación, bienestar y gozo, para unos, y desagrado, disgusto y fastidio, para otros.
  4. Lo ideal fuera que las opiniones vertidas por el papa Francisco, sirvan para humanizar a los insensibles de nuestro país, y ablandar los duros corazones de aquellos que están aferrados a la crueldad, santificando a un modelo económico que por descansar en la desigualdad, le es imposible apiadarse de la mayoría del pueblo dominicano víctima de la pobreza.

domingo, 25 de diciembre de 2022

En mi cumpleaños 84, recordando a mamá

Introducción

  1. En cumpleaños anteriores me limitaba a hacer un escrito de reflexión, recreando algunos hechos que deseaba dar a conocer a las opiniones públicas.
  2. Pero en esta ocasión, con motivo de arribar a los 84 años de edad, porque no estoy en igual buen estado de salud que en pasados aniversarios, como no sé cómo estaré en el próximo onomástico, he querido escribir más de una introspección.

I.- Los consejos de mi madre

  1. Aunque mamá era analfabeta funcional, tenía la habilidad de ser sumamente reflexiva, y no desperdiciaba la menor oportunidad para darme consejos en forma de admonición.
  2. Las advertencias de mi progenitora, en la etapa de mi niñez, me han servido para hoy, en el último período de mi vida, conocer algo del proceder bondadoso o perverso de los seres humanos. Con todo pesar, debo decir que mi amplio trajinar me ha permitido tratar a virtuosos y también a malévolos.
  3. En verdad me sorprende cómo mi madre, con su rústica preparación escolar, percibía de manera precisa las personas nocivas que me correspondería tratar en el porvenir.
  4. Con lenguaje llano, mamá me describía a esos individuos que viciados por el medio dominicano, hoy, con su desagradable presencia, contaminan el ambiente nacional. Ellos son los infecciosos de la sociedad.
  5. Mi vieja hizo posible que sin mucho esfuerzo pudiera descubrir al desagradecido, a ese infame que tanto he tratado y solamente con el tiempo me doy cuenta lo que es el flaco de memoria, el olvidadizo, el ingrato.
  6. Lamentablemente, tenía que tener una larga existencia para darme cuenta de que el hecho de vivir en sociedades degradadas, hace posible tener que codearse con malvados de todos los pelajes, con esos que fastidian y luego se hacen los locos.
  7. Nunca me pasó por la mente que tenía que llegar a la tercera edad para identificar al malvado, a ese bellaco que me simula ser muy bondadoso, no siendo más que eso, un depravado de trato zalamero.
  8. Ese, que mi mamaíta hacía hincapié de que era persona mala, no es otro que el patrañoso, el engañabobos, que para confundir habla mentira, es el embustero que abunda aquí como el plátano, la yuca, el arroz y la batata.
  9. El cuentista, es tan maldito que sabe fingir hasta la lealtad para como impostor aparentar ser muy transparente. Sería prolijo indicar las diferentes maneras de que hace uso el macaneador, el echacuervos, para quedar bien como mentiroso.
  10. Sin temor a equivocarme, puedo decir que en el curso de mis 84 años de edad, he conocido lo que es el desperdicio social, la escoria del orden social dominicano en decadencia, el cual exhibe sus lacras por todas partes.
  11. Ay, mi madre, cómo te recuerdo hoy en mis 84 cumpleaños. A cada instante te tengo más y más presente. Sigue siendo una luz muy potente, un faro, la guía de mi accionar.

II.- He sido víctima de la confianza

  1. Las orientaciones de mamá han contribuido a que me mantenga avispado, algo despabilado, aunque a veces he pecado de torpe, principalmente por comportarme excesivo en el trato, por estar de confianzudo.
  2. Cuánto he sufrido en los últimos tiempos por entregarme a la buena fe de personas que creí nunca me podían fallar. El exceso de creencia, de seguridad, me traicionó.
  3. No tengo razón alguna para quejarme de lo desagradable que en la vida me ha ocurrido, porque lo que he hecho o dejado de hacer, es el resultado de mi exclusiva voluntad. Haber procedido con candidez, es mi culpa y debo asumirla.
  4. Hoy, a mis 84 años de edad, puedo decir que sin darme cuenta he sido objeto de tomadura de pelo, de tremenda canana. Pura y simplemente, me han hecho morisqueta, me han dado changüí. Pero, de todas maneras, prefiero ser víctima de mi buena fe y confianza, antes que engañar a quién deposita su creencia en mí.
  5. Debo estar consciente de que estamos viviendo en una sociedad en la cual nadie puede presumir de sabihondo, porque al más sabio lo timan. No es cuestión de ser muy listo o torpe. En el medio social dominicano, hasta aquel que posee más sabiduría, encuentra quien le convierte en estúpido.
  6. En toda mi vida he tratado de ser realista, y hoy, a los 84 años de haber nacido, tengo que reconocer que vivo, no en la sociedad que soñé y por la que he bregado, sino en una de desvergonzados que moralmente no sirven, pero sobresalen y se destacan como rufianes.
  7. Al cumplir 84 años de edad, no me siento frustrado por el ordenamiento económico y social bajo el cual me ha correspondido vivir, porque no lo he santificado, sino adversado y enfrentado dentro de mis posibilidades.

Ideas finales

  1. Si el 25 de diciembre de 2023, todavía estoy con vida, al igual que ahora, 25 de diciembre de 2022, repetiré que quiero seguir viviendo para continuar ejecutando lo único que me sirve como causa justificada para tener vida: aportar a la lucha para crear un nuevo orden social.
  2. Mi gran deseo es seguir formando parte de la lista de los vivos, para intervenir en el debate de los asuntos de interés colectivo; comportarme como ciudadano comprometido y ejercer mi derecho, por lo que creo conviene para lo que en verdad se llama pueblo dominicano.

sábado, 24 de diciembre de 2022

A mis 84 años, con entusiasmo sigo batallando

I.- Me siento ser un ciudadano del mundo

  1. El domingo 25 de diciembre de 1938, llegué al mundo de los vivos, salido del vientre de mi madre, María Idalia Veras. La hidalga ciudad de Santiago de los Caballeros, fue la cuna de mi nacimiento, y es el lugar donde quiero morir para que mis culpas sean lavadas con las aguas del río Yaque, si todavía le queda algo de agua.
  2. De la misma forma que nací en el territorio nacional dominicano, pudo haber sido en otro lugar del planeta tierra. Por tal razón, por convicción política e ideológica, me considero un ciudadano del mundo, y estoy al servicio de la especie humana, sin distinción de clase, etnia, sexo, pensamiento político o nacionalidad.
  3. Por el accionar en la política con sentido social, he tenido la posibilidad de poner en práctica la opinión que he abrazado de que la solidaridad es la más alta expresión del ser humano. La colaboración y el internacionalismo los he puesto de manifiesto en todos los continentes.

II.- Aunque no estoy bien de salud, la realidad de mi país me impulsa a bregar

  1. Al cumplir mañana 84 años de edad, aunque no estoy bien de salud, me siento espiritualmente sano, porque mi mente permanece buena y mis sentimientos impregnados de pulcritud.
  2. No me creo un santo, ni un demonio. Soy un ser humano de carne y hueso, con muchos defectos y escasas virtudes, pero he tratado de ser coherente, pensando y actuando. A fin de cuentas, las acciones que he ejecutado en el curso de mi existencia, al final, definirán mi forma de ser en el medio que me ha correspondido actuar.
  3. Mi mayor satisfacción, como ente social, es a los 84 años de edad, haber procedido con la creencia de que lo que hago es para el bien colectivo, no para dañar, herir o de cualquier forma hacer sentir mal.
  4. Haber vivido en un país caribeño, incidiendo en la política, enfrentando situaciones adversas, y llegar con vida a los 84 años, no es paja de coco, ni pura caballá.
  5. Con toda franqueza puedo decir que he sido un suertudo, porque si volteo la cara, son muchas y variadas las ocasiones en las cuales mi vida ha estado en un hilo y, sin embargo, todavía hoy, a los 84 años respiro.
  6. Sin hacer mucho esfuerzo puedo decir que la vida me ha dado más de lo que le he pedido, porque me basta con pensar que en mi niñez a veces pasaba hambre o comía desperdicios, y ahora tengo muchos años disfrutando de exquisitos manjares.
  7. Es de suponer el cambio de vida material que he experimentado. Basta con decir, que por la calle del Sol de Santiago, por la misma que en mi niñez me moví vendiendo periódicos y con una caja como limpiabotas, ahora a los 84 años transito en un vehículo adquirido con el fruto de mi trabajo.
  8. El cambio que se ha operado en mí desde el punto de vista de ubicación social, al pasar de ser un marginado de la sociedad de la época, hijo de padres pobres, no ha ejercido influencia negativa en mi formación política e ideológica de actuar y pensar.
  9. La transformación de pobre a clase media, en lugar de hacerme olvidar mi existencia anterior, ha servido para hacerme más firme en mis convicciones. Hoy, a los 84 años de edad, estoy más convencido que ayer, de que en nuestro país se necesita un cambio en la base económica, para hacer desaparecer la desigualdad de oportunidades para todas y todos.

III.- Deseo continuar con vida para poder aportar

  1. Es mi deseo continuar con vida, venciendo el quebranto que me afecta. Quiero seguir existiendo porque creo que todavía puedo aportar a la liberación de los oprimidos de la sociedad dominicana. La lucha política y social es mi razón de vivir.
  2. Debo permanecer en buen estado de salud porque estando sano estoy en condiciones de apoyar las justas causas, secundar los movimientos democráticos, sustentar las posiciones que hacen posible contar con un nuevo orden social beneficioso al progreso humano.
  3. La realidad me dice, hoy, a mis 84 años de edad, que debo mantenerme de pie para contribuir a modificar el orden social actual, que hace tiempo es inútil para el bien de la comunidad dominicana.
  4. Necesito estar entusiasmado para motivar a mis connacionales con sensibilidad, a que no descansen, que sigan adelante. Preciso conservarme en buen estado, para a mis 84 años y en lo adelante, servir para colmar el fervor a los que aquí queremos una mejor nación.
  5. Siento que el momento en que se encuentra mi país, me reclama que, aunque no bien de salud, llegando a los 84 años, estoy impedido de flaquear, que no debo comportarme abatido, sino animado, que no puedo estar bajo de ánimo, sino contento, que el abatimiento tiene que ser eliminado.
  6. La actitud de triunfo es la que procede hacer que esté por delante y cantar victoria. A mis 84 años debo hacerle honor con optimismo, con sentido positivo, reafirmando mis bellos ideales que creo son los más puros y justos.
  7. Los 84 años que cumplo, el tiempo que he vivido y mi tercera edad, no deben ser de pesares, sino para reflexión de si he sido productivo para mi país, o infructuoso. Que lo mejor del pueblo dominicano sea juez de mi proceder.

Ideas finales

  1. Creo que lo que cuenta en el medio donde usted vive, es hacer obras que hagan posible el desarrollo de la sociedad. Procurar, causar, dice lo que es la mujer o el hombre en el ambiente donde desarrolla sus actividades.
  2. Percibo que la realidad de mi país, su estado de descalabro social, ético y moral, me manda a seguir convertido en un ciudadano comprometido, obligado a participar, causando efectos positivos para que la colectividad cambie para bien.
  3. Sería un error de mi parte, por ancianidad y debilitamiento de salud, no continuar en la batalla por una sociedad dominicana que ponga a los seres humanos como centro principal de estimación e importancia.

jueves, 22 de diciembre de 2022

Al cumplir 84 años de edad, sigo por más

I.- Los primeros años de mi vida

  1. En la ciudad de Santiago de los Caballeros, en el espacio físico que hoy ocupa el local principal del Partido Reformista, para el día domingo 25 de diciembre de 1938, en ese sitio había un hoyo, circundado por una cañada. En un único bohío que se encontraba en el lugar, ahí me parió mi madre, asistida por una comadrona.
  2. Estoy a punto de llegar al 84 aniversario de mi nacimiento, y a más de ocho décadas de estar con vida en el mundo terrenal, y es mi deseo recrear algunos episodios que forman parte de mi existencia.
  3. Al momento de nacer, mis padres eran sumamente pobres. La familia no disponía de lo indispensable para vivir, aunque mi papá trabajaba como obrero y mamá en el servicio doméstico de casas particulares como cocinera y lavandera.
  4. No he llevado una vida placentera, sino de dificultades, venciendo complicaciones. He estado en situaciones de muchas curvas o rodeos, que me han colocado en verdaderos laberintos, pero siempre he procurado cumplir, acatando lo que me manda mi conciencia.
  5. En el curso de los primeros años de mi niñez, me desempeñé como limpiabotas, vendedor de periódicos y encargado de fregar platos en fondas y hogares vecinos. La estrechez económica familiar me llevó a buscármela por mis propios medios. La adolescencia la pasé moviéndome entre labores de mensajero, estudios nocturnos y en el accionar político, dentro de la resistencia contra el régimen de Trujillo.

II.- Con apuros llegué a la universidad y logré graduarme. El ejercicio de mi profesión

  1. Graduado en ciencias comerciales, y al concluir los tres bachilleratos, con ahorros que había hecho bacheando calles en mi ciudad natal, decidí matricularme en la facultad de derecho de la Universidad de Santo Domingo, única en el país para la ocasión. Al concluir el primer curso en el centro universitario, se me agotaron los recursos económicos para continuar los estudios.
  2. Ante la imposibilidad de cubrir mis gastos como pensionista y estadía en la ciudad capital, la Universidad Autónoma de Santo Domingo, por mi condición económica y calificaciones, me otorgó una subvención de cuarenta pesos, de la que fui merecedor hasta mi investidura.
  3. Al ser investido como doctor en derecho Magna Cum Laude, la Universidad Autónoma de Santo Domingo, me concedió una beca para hacer una especialidad en Francia, pero no la acepté, y decidí regresar a Santiago, a ejercer la profesión.
  4. Desde siempre he ligado mi trabajo como abogado, con la actividad política, aunque sin militancia partidaria, como simple ciudadano, porque me siento comprometido con la lucha de nuestro pueblo por su liberación.
  5. La profesión de abogado la he llevado a la práctica con el convencimiento de que debe estar al servicio de la justicia, sin tomar en consideración beneficios económicos. Toda persona que en procura de apoyo profesional me ha solicitado colaboración, si su caso está dentro de lo justo y legal, ha contado con mi concurso.

III.- Mis hijos, amigos y la sociedad de hoy

  1. De mi condición de padre, no quiero emitir juicio, sino que mis descendientes se formen su criterio de lo que he sido para ellos, y sin esperar de su parte otra cosa que no sea el respeto que aspiro merecer como ser humano.
  2. Confieso que he tenido amigos y amigas que son como la prolongación de mi persona, pero de algunos otros he sido víctima del quebrantamiento de la fidelidad debida. Su traición la he sentido en el alma
  3. Mi lealtad hacia algunas personas, me la han reciprocado con villanía, con marcada deslealtad. Su felonía me ha golpeado.
  4. El cambio para mal que se ha operado en la conducta de las dominicanas y los dominicanos, me ha llevado a no continuar pecando de ingenuo, al creer que el material humano nacional sigue siendo el mismo del pasado, que era auténtico, sin dobleces.
  5. La confianza firme que tenía en algunas personas, la creencia que en ellas había depositado, han rodado por el suelo. La desconfianza, la inseguridad me ha dominado cuando trato a algunos individuos que solo generan dudas e incertidumbre de conducta.
  6. Lamento estar moviéndome en un medio social integrado por grupos de personas que son verdaderas artistas del engaño disimulado y ruin, lo que me ha motivado a pensar que aquí el marrullero está por encima del leal, del sincero a carta cabal.

IV.- Mi estado de salud

  1. Durante muchos años, en todo el curso de mi existencia, el estado de mi organismo se conservó sano. Me mantenía como una lechuga, un roble, siempre saludable, con total vigor.
  2. Ahora, al llegar a mis 84 años de edad, mi salud se ha visto alterada, se ha trastornado con una afección en mi organismo. La sanidad de que disfruté, ha cedido su espacio a un quebranto. La aflicción que me ataca la estoy enfrentando con firme voluntad, recurriendo a los conocimientos de mis médicos y a los medicamentos apropiados.
  3. Si durante toda mi vida he estado inclinado a la combatividad, ahora con mayor razón debo con tenacidad pelear contra la enfermedad que me quiere aniquilar, llevándome a la muerte. La terminación de mi existencia llegará, pero no voy a esperarla sin combatirla.
  4. Mi mamá me parió para luchar contra la adversidad, y aquello que se ha alojado en mi cuerpo me adversa, por lo que de mí recibirá brega permanente, enfrentamiento abierto y batalla tenaz.
  5. La solidaridad, la fraternidad de amigas y amigos verdaderos, me han permitido sobrellevar mi padecimiento y hacerme menos pesada la situación causada por el quebranto.
  6. Al cumplir mis 84 años de edad, a pesar de mi dolencia, voy por más. Sigo enamorado de la vida, porque debo cumplir con muchos compromisos que he asumido antes de partir de este mundo. 

lunes, 19 de diciembre de 2022

La dominicana, una sociedad inflamable

I.- Cada sociedad humana tiene un sistema social

  1. Una misma sociedad humana no puede estar organizada en igual tiempo por diferentes sistemas sociales, por lo que en cada país impera un único ordenamiento económico que depende del desarrollo de sus fuerzas productivas.
  2. Una persona no decide de manera discrecional que va a vivir en un lugar escogiendo la parte bonita e ignorando la fealdad, porque un sistema responde a igual conjunto de reglas y principios.
  3. Hay un enlace, una sintonización sistémica entre los distintos fenómenos que ocurren en el seno de una comunidad regida por un sistema social específico. En cada espacio físico la sincronía hace la coincidencia de hechos imposible de desconocer o subestimar.
  4. Todo aquel que está en la República Dominicana, vive bajo el mismo sistema, por lo que mentalmente nadie puede fragmentar las realidades que aquí ocurren, sin importar que sean buenas o malas.
  5. La sociedad dominicana es un conjunto, la reunión de varias personas que permanecen bajo el mismo sistema, pero con diferente ubicación de clase social y, por tanto, con distinta condición, unos aprovechados del modelo económico vigente, y otros que resultan ser los afectados.

II.- Los deseos de la minoría chocan con la realidad sistémica

  1. El deseo de los grupos de poder económico, político y social de aquí, es vivir en una especie de paraíso, que el lugar donde habitan sea lo más encantador del mundo terrenal.
  2. Algunos llegan a formarse la falsa idea de permanecer compartiendo en un ambiente integrado por seres humanos estupendos, excelentes; personas maravillosas, de superior calidad cívica y ciudadana.
  3. Esos mismos sectores quieren una sociedad dominicana perfecta, la idealizan sin mujeres que vivan vendiendo sexo. Nada de rameras.
  4. Los visionarios de aquí piensan en una República Dominicana, ausente de vicios sociales; sin violencia, atracadores, sicarios, narcotraficantes, perturbados mentales, corruptos y corruptores.
  5. La minoría nacional dominicana, que controla el poder del Estado, vive en contradicción, porque permanece enamorada de un sistema social que causa vergüenza, a la vez que le genera beneficios económicos.
  6. Las manchas inherentes al orden social que predomina en nuestro país, son de una naturaleza tal que constituyen una deshonra y lo hacen despreciable.
  7. En el ambiente nacional dominicano están presentes las drogas narcóticas, la violencia, la corrupción, la prostitución, los asaltos, los atracos y otros crímenes que acompañan al ordenamiento actual económico y social, que también hace posible la existencia de las favorecidas clases y capas sociales.
  8. Es imposible separar los fenómenos sociales repugnantes, porque ellos llegan acompañados de formaciones económicas que descansan en lo injusto, en la desigualdad.
  9. Las dominicanas y los dominicanos, no debemos sorprendernos por la existencia de crímenes espeluznantes, de corrupción, narcotráfico y otros fenómenos dañinos. Esas manchas van a permanecer aquí mientras se mantenga su fuente generadora.
  10. Todo aquel que se siente bien como ahora está organizada la sociedad dominicana, no puede quejarse de las deficiencias sistémicas, de las máculas, de las feas cicatrices resultantes del mismo modelo que nos avergüenza.
  11. Muchos de los defensores del sistema, a lo mejor sin darse cuenta, santifican una forma de organización social que sus manchas denigran, y resultan vejatorias, sumamente agraviantes.
  12. Los fenómenos nocivos que arrastra un modelo económico decadente, y que van desde corrupción pública y privada, hasta la violencia estructural, también tiene una moral de cafre que justifica las degradantes formas de proceder.

Ideas finales

  1. Aquel que se beneficia de un sistema basado en la desigualdad, debe saber que se está aprovechando de un orden social que, así como genera beneficios, también crea marginados sociales que se convierten en indignados, en los enfurecidos de la sociedad.
  2. En nuestro país, los enojados, víctimas del ordenamiento económico que padecemos, tienden a convertirse en malhechores, integrantes de bandas de criminales, pandillas de maleantes, cuadrillas de piperos y grupos de antisociales de todos los pelajes. Estos son subproductos sociales.
  3. Una comunidad humana heterogénea, preñada de pobres, con una caterva de indigentes, por un lado, y de ricos muy ufanos, por el otro, de seguro que permanece en estado de tensión e inseguridad.
  4. Para algunos, no hay que tomar en cuenta a los muchos delincuentes pobres que mate la Policía Nacional, porque aquí el montón de mujeres y hombres que carecen de lo indispensable para vivir se multiplican. La miseria que golpea a una gran mayoría de la población dominicana, convierte el ambiente nacional en un fuego que levanta llama, algo así como una fogata.
  5. Por muy campante que se comporte la minoría nacional dominicana, ella no debe olvidar que está sentada de manera placentera sobre un sistema que arde con facilidad, porque es sumamente incendiable.

jueves, 15 de diciembre de 2022

La Navidad, de gozo para unos y tristeza para otros

Introducción

  1. En sociedades como la nuestra, dependiendo de la ubicación social, las fiestas navideñas son recibidas con expresiones de alegría o tristeza, opulencia o escasez, algarabía o calma.
  2. En el rostro de cada uno de los nuestros está el significado y alcance de la llegada de la fiesta conmemorativa del nacimiento de Jesucristo.
  3. El exceso de luces y la gran variedad de colores deslumbran y hasta entusiasman a aquellos que carecen de justos motivos para rememorar.
  4. Cualquier ingenuo puede llegar a pensar que la llegada de la Navidad, es adecuada para poner en igualdad al que goza y al que sufre como consecuencia de la vigencia de un orden social que se fundamenta en la desigualdad de oportunidades.5.- Hay que colocarse en el terreno de la realidad para de manera objetiva conocer las impresiones que resultan en dominicana la presencia de las Pascuas de Navidad.

II.- Dos formas de celebrar la Navidad

  1. La vida diaria nos dice que en el seno de la sociedad dominicana, las fiestas navideñas no tienen el mismo sentir, porque en igual espacio físico está el ambiente que para unos pocos es para alegrarse y para muchos de tristeza.
  2. No es cuestión de querer o no querer pasarla bien. Es que el medio social bajo el cual estamos viviendo crea en la conciencia de cada dominicano y dominicana, un estado anímico propicio para una minoría festejar a plenitud, y la mayoría del pueblo en estado de desamparo.
  3. Lo ideal fuera que la población dominicana conmemorara unificada esta fecha tan significativa, como es la del nacimiento de Jesucristo, pero la lleva a efecto dividida en placeres para unos, y disgustos para otros.
  4. Una celebración hecha para aquellos por los cuales Jesucristo luchó, debe ser animada, divertida, de pleno alborozo, jamás para que estén apenados y cargados de pesares.
  5. Debemos aspirar a honrar a Jesucristo para que el motivo de su nacimiento sea para que el pueblo esté de buen genio, como unas pascuas.
  6. El objetivo debe ser que para el mes de diciembre y siempre, lo que en verdad es el pueblo dominicano, esté feliz, divertido, recontento, algo así como un niño con zapatos nuevos.
  7. En lugar de que solamente sea en diciembre, debemos aspirar a que las dominicanas y los dominicanos disfruten su existencia de manera digna y permanente, y su recreación sea como consecuencia de vivir en un país con un sistema que haga posible un modo de vida que sepa a gloria.
  8. Los hombres y las mujeres que con su trabajo hacen posible la producción de bienes materiales y espirituales, son merecedores de estar radiantes y gozosos para sentirse totalmente complacidos.
  9. En nuestro país merecen celebrar en grande, alegrarse sin límites, sentirse felices y mantenerse eufóricos, todos aquellos que se interesan para que las grandes mayorías puedan construir un nuevo y mejor país, en el cual sea posible celebrar con igual sentido y regocijo la Navidad.

III.- La Navidad y la celebración deseada

  1. Razonar libre de hipocresía es aceptar que, por más que se trata de ignorar, la realidad es que en el medio social dominicano las fiestas navideñas son de regocijo para un pequeño grupo y aburrimiento para la gran mayoría del pueblo.
  2. La diferencia en la conmemoración del nacimiento de Jesucristo, no es por una maldición divina, sino porque los pobres son víctimas de un orden social injusto que les condena a la pobreza.
  3. Se le hace honor a Jesucristo, si con motivo de la época navideña se aprovecha la ocasión para luchar por el cese de la desigualdad, y la eliminación de todo aquello que hace imposible una vida digna para todas y todos los dominicanos.
  4. Aquellos dominicanos y las dominicanas que han incidido en la vida pública del país en procura del bienestar del pueblo, lo han hecho con la sana intención de que la felicidad sea colectiva, que llegue a todos los sectores, que no sea de gozo para una minoría, y de desventura para la mayoría.
  5. No es nada bueno que venga la Navidad y sea un deleite, un divertir para los que se aprovechan de la desigualdad, y un desagrado, una repugnancia para las víctimas del actual orden social injusto.
  6. Lo que las fiestas navideñas enseñan en la República Dominicana es que, para los que son los menos resultan de lo más divertidas, entretenidas, de lo más animadas, pero para el pueblo humilde y trabajador son un fastidio.
  7. Lo deseable, a lo que debemos aspirar es a que la llegada de la Navidad, sea para las dominicanas y los dominicanos de regocijo, satisfacción, optimismo, gran animación, y cuantas motivaciones sirvan para celebrar.
  8. Esperamos que estas fiestas navideñas sirvan a nuestro pueblo para animarlo a luchar para cambiar de vida y a levantar el espíritu para construir un nuevo orden social que haga posible su liberación.

lunes, 12 de diciembre de 2022

Faltan ciudadanos bien formados

Introducción

  1. El hombre o la mujer que vive en sociedad no debe portarse despreocupado e indolente con lo que afecta a su comunidad. Enfrentar y de cualquier forma censurar lo infecundo es aportar para la solución de las dificultades sociales.
  2. No hay duda de que inquieta la forma de comportarse la generalidad de los miembros que componen la comunidad dominicana. La propagación y extensión de mala conducta muestran su afianzamiento y revelan que con el transcurrir de los años han sido perfectamente asimiladas y negativamente muy bien aprovechadas por sus receptores.
  3. La realidad de nuestro país prueba en lo ético y moral que aquí hay sectores contrarios a todo lo que significa vicio y degeneración social, aunque esto no quiere decir que como sociedad la degradación sea ajena a la esencia misma del sistema que le sirve de caldo de cultivo.

I.- Formar la niñez con sólida conducta

  1. El carácter con el cual se ha levantado la juventud nuestra de los últimos años, es sumamente débil, carece de vigor y prueba haber tenido una orientación que cede ante cualquier influencia extraña.
  2. El más profundo y alto sentido de los principios que rigen la moral del ser humano son aquellos que se adquieren en la niñez, y son los mismos que van a determinar sus potencialidades para compartir y querer a los demás por el solo hecho de formar parte de la comunidad humana.
  3. Los métodos educativos resultaron no ajustados a la realidad, no acertaron en el objetivo que debe perseguir todo progenitor de entregarle a la sociedad un ser humano que ajuste sus actuaciones a las normas de buen vivir.
  4. Nos espera un futuro promisorio si ahora salvamos la niñez para que no sea tocada con conductas indecorosas, como la generalidad de los integrantes de la generación presente, cuyos miembros con sus acciones dejan una mala opinión ante sus conciudadanos.
  5. Si se lleva a cabo una labor de tomar medidas para evitar que de la niñez dominicana se apoderen las taras que acompañan a muchos de los adultos, de seguro que en el mañana no van a sobresalir los deshonestos.
  6. Nuestro pueblo debe confiar que si logramos salvaguardar a nuestra niñez para que se prepare decente y honestamente, una vez haya madurado espiritualmente, con conciencia de su compromiso social, actuará cumpliendo con su deber, respondiendo con solidez ética y moral.
  7. Ante la presencia de personas que hoy nos avergüenzan por sus actuaciones indecorosas, deben llegar aquellas que prueben haber sido formadas en su niñez para tener todas las cualidades deseables en un ciudadano o munícipe magistral, todo porque fue bien hecho, ausente de vulgaridades y de las taras que acompañan a los desvergonzados de hoy.
  8. Corresponde a los padres y madres darles a nuestra niñez conocimientos para crear en ella la base de principios éticos y morales, para que mañana sean adultos estupendos porque darán a sus ciudadanos prueba de servir de primer modelo. Producir un hombre o una mujer de correctas actuaciones se logra plasmando en su cabeza una doctrina para accionar conforme las buenas costumbres.

II.- Misión de los padres

  1. La demasiada condescendencia que se les manifiesta a los niños, no prueba la buena educación que se les está dando. El papá y la mamá dan demostración de don educativo por la enseñanza que bien reciben sus vástagos. El jovencito, que sale del hogar dañado, entra al medio social a pervertir por culpa de sus guías hogareños.
  2. Lo que está revelando la sociedad dominicana, es que los padres tienen que someterse a un profundo examen en lo que se refiere a la formación de sus hijos, y la revisión que precisan no tiene espera, porque los controles requeridos por sus hijos son de tal urgencia que más tarde sería muy triste.
  3. Los ascendientes deben someterse a una sincera autocrítica y saber que están obligados a revolver su forma de educar, darle vuelta atrás a los métodos que han utilizado para entregarles a la sociedad un material humano bien hecho, realizado adecuadamente y confeccionado a la medida.
  4. El padre que bien enseña en el hogar hace de perfecto docente y entrega a la sociedad un ser humano digno de ser modelo de ciudadano.
  5. A los hijos hay que aportarles ideas, conocimientos y los principios que en el curso de su existencia les van a servir de guía en sus actuaciones. Aceptar ser papá quiere decir hacerse cargo del comportamiento responsable del futuro munícipe y ciudadano.
  6. Lo menos que pueden hacer los adultos de hoy, no comprometidos con la degradación ética y moral de la sociedad dominicana actual, es preocuparse para quedar bien distantes de los que ahora, en nombre de acumular la mercancía dinero sin ningún esfuerzo, obran en forma desvergonzada, sin importarles ser calificados como sobresalientes en gamberradas.
  7. Mañana, cuando el país esté compuesto por la niñez salvada hoy, se podrá decir que en este fango social, progenitores se ocuparon de dejarles al porvenir descendientes venerables.
  8. Sería un logro que la niñez de hoy, ya mañana en la adultez, pueda renegar de lo que fue el indecoroso proceder de sus ascendientes, muchos de los cuales en la actualidad simbolizan la perversión.
  9. No resulta nada fácil lograr reeducar a amplios segmentos de la sociedad que han caído en la más profunda degeneración ética y moral.

jueves, 8 de diciembre de 2022

El pueblo y los que aportan para el progreso

I.- Aportar es vivir con sentido útil

  1. En cada oportunidad debemos estar listos para aportar y así la especie humana salga adelante y se apodere del crecimiento mediante el trabajo colectivo, hasta lograr el pleno florecimiento material y espiritual. Lo que cuenta para la persona es la forma como se ha comportado en todo el curso de su existencia. Sus actuaciones la definen.
  2. Está comprobado que lo que la mujer o el hombre hace es su sello distintivo para la posteridad, porque los actos ejecutados en vida son los que sirven como punto de referencia.
  3. Sin importar el espacio del globo terráqueo donde nos encontremos, es nuestro deber accionar, bregar, y de cualquier forma batallar para hacer desaparecer lo que es un obstáculo para el bienestar de los humanos.
  4. En el mañana, ya cuando no formemos parte del mundo de los vivos, lo que va a ser tomado en cuenta es nuestro desempeño, lo que hicimos en la práctica, a lo positivo que nos dedicamos y qué hicimos por el desarrollo de las buenas obras.
  5. Lo único que motiva que una ciudadana o un ciudadano sea recordado por sus coterráneos, es haber sido provechoso; fructífero por sus aportes, y valioso por los méritos bien ganados en acciones de contenido cívico y ciudadano.
  6. En el seno de nuestro pueblo debemos ocuparnos de adiestrar, enseñar, a preparar a aquellos de nuestros connacionales que no han tenido la oportunidad de recibir una adecuada instrucción. Hacer posible la formación de los nuestros, nos eleva como pueblo civilizado y personas de bien.
  7. Es demostración de tener conciencia social, realizar obras; llevar a cabo tareas en provecho de la sociedad; desempeñarse como comunitario útil; hacer realidad buenos proyectos, en fin, materializar lo que conviene en cada ocasión para el progreso.
  8. Solamente merecen ser tomadas en cuenta aquellas acciones que la persona hace, en vida, e inciden en el bienestar de su país o de la comunidad internacional. En todo caso, se tiene en consideración lo eficaz, lo servible, no lo inútil.
  9. Tiene sentido vivir, actuar cuando así lo demandan las circunstancias, y con la finalidad de que cada realización sea para hacer avanzar el desarrollo humano. Surtir en el presente es preparar la felicidad futura.
  10. Formar parte de la sociedad humana y no ejecutar acciones para que el mundo cambie para bien, es ser un agente pasivo que nació para ser inútil o parásito social.

II.- Proceder bien para ser meritorio

  1. Debemos estar conscientes de que vivir en sociedad entraña contraer toda una serie de compromisos que van desde familiares hasta de política nacional e internacional.
  2. Aquel que decide ser padre o madre, debe cumplir ante sus descendientes, sin esperar recompensa de ninguna clase. Servir como es debido y punto.
  3. El papá que no cumplió con sus deberes como progenitor, mañana no tiene nada de que quejarse si sus vástagos no lo toman en cuenta, le ignoran como algo que no existe.
  4. El hombre, o la mujer servible, debe actuar en la política procurando la liberación del ser humano de toda clase de opresión. El sentir solidario impone apoyar las justas causas, estando siempre al lado de los oprimidos, sin importar el lugar del mundo donde impera la injusticia.
  5. Cada quién decide cómo quiere ser tratado por sus conciudadanos. Aquel que se porta mal, actuando al margen de la decencia, no debe esperar un trato honorable, el cual está reservado para los respetables, no para los indignos.
  6. Gozará del respeto de su pueblo, aquel que dé demostración de ser buen ciudadano, de decente proceder, honrado a carta cabal e íntegro.
  7. Las cualidades de honorabilidad, probidad, decoro y persona de bien, no se logran actuando con bajeza, accionando de manera indecente y con los malos ejemplos, dañando el medio social.
  8. Ese que se mueve en el mundo de la poca vergüenza, la desfachatez, la insolencia y la sinvergüencería, jamás puede esperar estar a la altura del honesto.

Ideas finales

  1. Los pueblos necesitan contar con mujeres y hombres que sean de utilidad a la sociedad, para que con su trabajo físico o intelectual contribuyan a hacer posible el surgimiento de las premisas materiales de un nuevo orden social ausente de la desigualdad de oportunidades para toda la comunidad.
  2. Proporcionar, contribuir a la felicidad de todas y todos sus conciudadanos, prueba gran sensibilidad de parte de aquel que llega al mundo para contribuir a lo que significa progreso para la humanidad.
  3. La alegría de vivir, la prosperidad, y la dicha de lo que en nuestro país son los más, el pueblo, solo serán posible con la decisión y el esfuerzo colectivo de quienes confiamos que un mundo nuevo y mejor es siempre alcanzable.
  4. El pueblo dominicano debe mantener su firme esperanza de felicidad, confiando en aquellos de sus coterráneos propensos al progreso, que se logra con el esfuerzo físico o moral.

lunes, 5 de diciembre de 2022

Sí, ese es el ingrato

I.- La persona incapaz de solidaridad con su bienhechor

  1. No hay que estar dotado de gran inteligencia, ni creerse un sabihondo, para en un abrir y cerrar de ojos darnos cuenta de que somos ingenios, al caer víctimas de las debilidades humanas.
  2. Por más alarde que hacemos de conocer el proceder de los seres humanos, a veces la sorpresa nos da en la cara y caemos en estado de desconcierto.
  3. Lo normal es que de aquel a quien durante toda su vida le hemos dado demostración de profundo afecto con caricias, nos devuelva cariño. Pero en ocasiones en vez de mimos recibimos brusquedad.
  4. En el medio social dominicano de ahora, ya no predomina la correspondencia mutua entre personas que, se supone, están formadas para la reciprocidad, y no para la discordancia. La correlación de afecto ha desaparecido.
  5. La identificación en ideas, pensamientos y sentimientos, que ayer estaban presentes entre amigos, amistades y familiares, ya hoy no existen, y su lugar ha sido ocupado por el no estar de acuerdo, domina el disentir
  6. Son actos que están en desuso entre las personas, coincidir para el bien, encajar para ir en favor de otro y ponerse de acuerdo para ayudar al necesitado.
  7. Apoyar hoy a ese ser querido que lo dio todo por ti, ya fue eliminado de la mente y su espacio ocupado por el olvidadizo por conveniencia. No conviene al indiferente solidarizarse con el que le sirvió de protector.
  8. Respaldo, y de cualquier manera amparar a quien como padre, hermano o amigo supo auxiliarte sin reservas y sin esperar recompensa, merece de ti plena solidaridad, y no desamparo.
  9. Lo que está predominando en el ambiente nacional dominicano, es que cada quien obra según su propio albedrío, y sin pensar en los demás. Esta línea de conducta la vemos expresada de padre a hijo y viceversa
  10. Aquellos tiempos de la abierta y sincera solidaridad del hijo hacia sus padres, desapareció por falta de uso. Está inutilizada porque es de la conveniencia de los descendientes que se identifican con el egoísmo.
  11. De cualquier manera que se analice esa persona que solo existe para ella y nadie más, la conclusión a que llegamos es de que es una individualista que goza con ser servida, pero incapaz de ser solidaria con su bienhechor.

II.- Las actuaciones del ingrato

  1. No tenemos que sacrificarnos para definir a ese ente social que hemos caracterizado en los párrafos anteriores, porque todo razonamiento nos lleva a identificarlo como el ingrato.
  2. No hay que hacer mucho esfuerzo para comprender que la forma como está funcionando la sociedad dominicana de hoy, es la ideal para quien abraza la ingratitud.
  3. Las relaciones que ayer se tenían como sagradas, han sido contaminadas, porque el ingrato no respeta hermandad, afinidad, ni la compenetración. Para él la desunión, antipatía y la felonía es lo mismo que unión fraterna, simpatía y compañerismo.
  4. La ingratitud se desarrolla más rápida y ampliamente en la medida que el orden social se va haciendo cada vez más degradante en el orden ético y moral. En un ambiente podrido, sin valores de dignidad y decoro, el ingrato se siente sumamente bien, cómodo.
  5. No toda persona reúne condiciones para ser ingrata, porque la ingratitud es la suma de taras que solo pueden acumularse en cerebros preparados para ser receptores de ideas, concepciones, estigmas y máculas repugnantes.
  6. El ingrato, como calculador que es, acciona siempre con alevosía, es sumamente cauto en la ejecución de su proceder venenoso, a los fines de que su maldad sea fruto de una maquinación meditada.
  7. La acción ingrata, para que cumpla sus efectos y satisfaga las pretensiones del ingrato, debe ser ejecutada luego de que el ingrato ha recibido beneficios de quien ahora reniega.
  8. Por la sinuosidad que caracteriza al ingrato, este confunde al más inteligente. Es sumamente escabroso; disimula para penetrar y ser favorecido; se comporta ondulado y se hace el gracioso, no es demostrativo ante quien le favorece; es la síntesis del hipócrita y el solapado.
  9. El ingrato para hacerle honor a su desfachatez, cultiva el olvido, desprecia recordar; procura no tener presente en su mente nada que recuerde positivamente a su víctima; es un desmemoriado por conveniencia; busca no acordarse de ningún favor; las añoranzas le molestan cuando se encuentra con su protector. El ingrato se siente dominado por una amnesia selectiva.
  10. La persona ingrata no surge del espacio sideral, sino que es un producto terrenal que ha asimilado uno de los tantos vicios que generan sociedades enfermas como la nuestra. La expresión práctica del ingrato, la ingratitud, lo define claramente.
  11. Ese que hoy se hace el chivo loco, el muy desentendido, para no recordar la solidaridad y total desprendimiento que le demostraste cuantas veces necesitó tu colaboración, es el ingrato que tanto abunda en el ambiente dominicano.

viernes, 2 de diciembre de 2022

Por el correcto proceder

I.- El irrespeto

  1. El estado de descalabro en que se encuentra una sociedad humana determinada, se comprueba de diferentes maneras, y una de ella es la inapropiada forma de comportarse la generalidad de los miembros de la colectividad.
  2. Entre nosotros, el sentido de respeto se ha ido deteriorando en la misma medida que se corroe el ordenamiento social. Cada quien anda en su cerebro con una especie de código de comportamiento que lo interpreta en forma antojadiza y caprichosa.
  3. No hay que hacer mucho esfuerzo para comprobar que, sin distinción de clase social, en nuestro medio existe una analogía en la forma de proceder. La actuación reiterada entraña conducta.
  4. Lo que a cada instante vemos en el ambiente dominicano es que se está convirtiendo en habitual que cada quien se considere con el derecho de hacer o no hacer, dependiendo de si le conviene actuar para organizar o desorganizar.
  5. Lo que se estila aquí es que el respeto a la palabra dada y a la gratitud, se reciproca con la murmuración y la ingratitud; el compromiso no se honra, sino que se devuelve con infamia y desprecio hacia la persona que dio muestra de desprendimiento y generosidad.
  6. Se ha convertido en algo común moverse por las calles como si viviéramos en una selva; nadie se esmera en ser diligente y respetuoso.
  7. Aquí lo normal es proceder en forma alocada o indiferente; ser cuidadoso por respeto a los demás, eso ya no cuenta, el escrúpulo desapareció del medio social dominicano.
  8. Conducirse en forma atropellante evidencia ausencia de sentido de justicia; es poner la iniquidad sobre la razón. Para que prevalezca el irrespeto solo hace falta el desafuero y la arrogancia.
  9. Cuando en una sociedad el respeto y la consideración de los miembros dependen del patrimonio económico, el respeto se calcula en números, no en servicios prestados a la sociedad. Así anda nuestro país.
  10. Cada persona tiene legítimo derecho a ser respetada, a no ser desconsiderada, y sí ser tratada con urbanidad y afabilidad. No es correcto manifestarle a otra tosquedad y grosería.
  11. La honra no se adquiere con dinero, sino con el buen actuar ante la vida. La consideración que corresponde por el correcto proceder, es la admiración de lo mejor de la sociedad como respuesta al adecuado obrar.

II.- Cambiar de conducta

  1. Alcanzando una adecuada educación para nuestro pueblo, podemos contar con personas dominadas por la urbanidad y con ella se llega a edificar la conciencia en la cortesía, los buenos modales, el correcto proceder. Podemos lograr en un futuro que desaparezca el actuar con grosería y desagradable tosquedad.
  2. Si aspiramos a que el respeto llegue a convertirse en una rutina, en algo arraigado en la conciencia popular, se impone un nuevo rumbo; romper la tradición de que cada quien se comporta a su mejor parecer y conveniencia.
  3. La actitud ante la vida define a las personas. En cada sector o grupo social hay que saber distinguir quién procede correctamente y quien en forma inadecuada. Aquel que respeta a los demás no debe ser irrespetado, pero quien con sus actuaciones daña el medio social merece ser reeducado.
  4. Con su comportamiento en el medio social cada quien determina si se hace merecedor de respeto, consideración y la estima de sus conciudadanos.
  5. Aquel que ajusta sus actos a las buenas costumbres y correcto comportamiento se hace merecedor de respeto; quien actúa en forma caprichosa, irresponsable e insolente, ha de soportar las consecuencias de su imprudente e irrespetuoso accionar.
  6. Es imposible seguir viviendo en igual forma de conducta; perpetuar lo que estamos practicando, desdice de nosotros como pueblo del siglo veintiuno; prolongar el estado de desorden sería un desatino, un absurdo.
  7. No puede merecer igual respeto de sus conciudadanos aquel que ha tenido un comportamiento de compromiso social en el medio donde vive, que quien solo se ha preocupado de sí mismo.
  8. Aquí no se respeta nada en absoluto; vivimos como chivos sin ley. Se mide con la misma vara el bueno y al malo, al honrado y al ladrón; al honesto y al descarado; al comedido, al insigne y al vulgar.
  9. Por el derrotero que vamos pinta mal; el camino que estamos trillando no nos lleva a buen destino. El comportamiento, la conducta que exhibe la generalidad de los dominicanos y las dominicanas no es nada halagüeño.

martes, 29 de noviembre de 2022

La felicidad ahora y siempre

I.- Una existencia feliz

  1. La existencia del ser humano solo motiva complacencia cuando es compartida en un medio adecuado para la felicidad colectiva.
  2. Es una gran satisfacción sentirse feliz; sumamente alegre, rebozado de gozo. La persona que está contenta se cree realizada por completo y de que la desgracia nunca le llegará.
  3. Permanecer afortunado no depende de la voluntad de un ente social, sino de su estado de ánimo, que tiene que ver con todo lo relacionado con el alma.
  4. Genera pesadumbre vivir en una sociedad en la cual la mayoría de la gente permanece entristecida por su situación de pobreza, porque el desvalido no conoce la alegría.
  5. El medio en el cual desarrollamos nuestras actividades cotidianas, ejerce influencia en la situación de la alegría de vivir. Cada quién, dependiendo de su ubicación social y sensibilidad, va a estar regocijado o malhumorado.

II.- Un medio no adecuado para la felicidad

  1. Al hombre o a la mujer dotada de buena voluntad que vive en la República Dominicana, se le hace muy difícil ser feliz, porque su propensión a la compasión choca con el estado de pobreza que padece nuestro pueblo.
  2. La sensación de bienestar material y el optimismo se marchitan ante las penurias. El entusiasmo se borra de la mente una vez se nos presenta el cuadro diario de los marginados sociales enseñando postración.
  3. La realidad dominicana nos dice que la felicidad, no tiene igual contenido para todas las personas. Cuando esa expresión es escuchada hay que saber qué concepto tiene de ella el que la emite.
  4. En el seno de la sociedad dominicana de hoy, muchos de nuestros connacionales se sienten conformes con el presente orden social, aunque el mismo está basado en la desigualdad de oportunidades.
  5. En nuestro país tenemos un modelo económico que mantiene complacido a un grupo insignificante de la comunidad dominicana, pero angustiada a la mayoría por el malestar físico y psíquico que lleva encima.
  6. Esos desorejados que andan por esas calles de Dios, hablando de las bondades del sistema que nos lamentamos padecer, deben detenerse a pensar que los pobres de este país no están de buen genio, que la desolación les está llevando a la indignación.
  7. El placer, la sensación agradable, la vemos en aquellos que en el ambiente nacional dominicano interpretan su bonanza como que también la disfruta el pueblo, pretendiendo desconocer que aquí el goce es un privilegio irritante ante los que viven bajo el disgusto, el absoluto enfado.

III.- La felicidad para siempre

  1. En estos días navideños, que con tanto amor se expresa la palabra felicidad, es una época oportuna para cambiarle al pueblo dominicano la desdicha por la dicha, para que salga adelante dejando atrás tanta infelicidad sistémica acumulada.
  2. A las grandes mayorías nacionales, que carecen de lo indispensable para vivir dignamente, conviene ponerles a su disposición y alcance aquello que sea regocijo, optimismo, para que se quite de encima las desventuras y el infortunio que las mantiene aniquiladas.
  3. A los dominicanos pobres se les ha impuesto un orden social azaroso; preñado de desigualdades, inseguridad e infelicidad; expuesto a todas las desgracias; comprometido con las lacras sociales, y generando inseguridad popular, en fin, lo funesto y siniestro.
  4. Al pueblo dominicano se le ha impedido alcanzar la felicidad. Por el contrario, le han traído todas las contrariedades que obstaculizan su existencia feliz, la prosperidad y todo aquello que sea motivo de gozo.
  5. Se impone llevar a la gente de nuestro país a que sea radiante; que motive y transmita animación; que se sienta que permanece divertida, y nunca pensando en penas.

Ideas finales

  1. A cada uno de nuestros connacionales hay que llevarles el mensaje de que el porvenir nos pertenece, y va a llegar lleno de exaltación, contentamiento, dicha y todo lo bueno que merecen las dominicanas y los dominicanos.
  2. La felicidad plena en navidad y siempre, la va a gozar el pueblo cuando desaparezca la malignidad sistémica, que ha mantenido a los pobres viendo la felicidad en otros y él acompañado de pena.
  3. Debemos acostumbrarnos a hacer uso de la palabra felicidad, para dirigirla sinceramente, cargada de buenos deseos para esa persona que merece ser agradada como ser humano útil.
  4. Nuestros coterráneos han luchado para disfrutar la vida material y espiritual, con fiesta, holgura, divertidamente, solaz y mucho quitapesares. Sin nada de aburrimiento.
  5. En lugar de pesadez, los hombres y las mujeres de aquí deben estar prestos para comportarse divertidos, animados, hilarantes, joviales, enamorados cada día de un mundo mejor, humano y sociable.


miércoles, 23 de noviembre de 2022

Excelente exponente de la nueva moral dominicana

  1. Cada sociedad humana tiene su moral, la cual gira alrededor del sistema social imperante; es ejecutada por los miembros de la comunidad atendiendo a la forma como la asimilan, partiendo de su concepción ideológica.
  2. En nuestro país, los principios de moralidad causan admiración; son una maravilla, porque cada quien hace uso de ellos a su mejor conveniencia, sin tomar en cuenta que producen sentimientos de fascinación o de horror.
  3. La nueva moral de la sociedad bajo la cual vivimos dominicanas y dominicanos, sirve de modelo para que la siga el ciudadano excelente y el vulgar. No hay justos motivos para establecer diferencia.
  4. Conformidad de una acción con las normas de la moralidad actual, la pone en práctica aquel que hace dinero por medio del narcotráfico, como el que vende efigies de santos en la puerta de una catedral o parroquia.
  5. En nuestro medio, cada persona hace uso de su moral, sin tomar en consideración a quién afecta con su proceder amoral, porque goza de igual distinción el muy casto, que el que ofende el pudor. El impúdico y el puro van de la mano.
  6. Aquí hace tiempo que el esmero, el decoro en el vestir, ha desaparecido, porque moralmente andar limpio o sucio poco importa. La modestia y la impudicia son aliadas en la ausencia de respetabilidad.
  7. Conforme la moral actual, la mujer muy recatada está en desuso, porque la que sobresale es la carente de vergüenza. Se impone el impudor sobre la honestidad que es vista como una necedad.
  8. En los marcos de la moralidad vigente, cubrir el cuerpo con un vestido, no crea problemas, porque la mujer se siente a gusto exhibiendo sus nalgas, naturales o hechas por un cirujano. Da lo mismo andar por ahí con el trasero tapado que descubierto, el blumen o el panti ya resulta incómodo.
  9. Eleva la moral de la sociedad dominicana, el hecho de que una presentadora de televisión deje ver sus nalgas para disfrute de los televidentes. Dejarse admirar sus pechos contribuye a hacer el programa más cargado de erotismo.
  10. Porque en nuestro país la moral entra por la cartera, no es inmoral el médico que hace una cesárea innecesaria, ni el abogado promiscuo que comparte sus honorarios con el juez corrupto, para que falle un caso contrario a la justicia y al derecho.
  11. En vista de que la corrupción es inherente al capitalismo, bajo el sistema que impera en nuestro país, no es inmoral aquel que roba los dineros del erario, porque simplemente se ajusta a la ética sistémica, haciendo uso de la misma y atendiendo a su interés mercurial y mercantil.
  12. Matar por encargo se enmarca dentro de las actividades laborales de los que hacen de sicarios como operación comercial, para hacer dinero, porque en el orden económico y social dominicano, la ganancia es moralmente lícita, no importa el medio para adquirirla.
  13. La mujer que en el ambiente dominicano ejerce la prostitución, no cae en inmoralidad alguna, porque vende un servicio que es aceptado como medio de vida, de subsistencia, acorde con las normas de la moral que impera de hacer dinero sin importar cómo.
  14. Es una habilidad comercial, y no procede al margen de la moral del sistema que rige aquí, el dueño de una farmacia que triplica el precio normal original de los medicamentos que sirven para combatir una pandemia. Él simplemente se somete al libre juego de la oferta y la demanda.
  15. Es esnobismo, y no inmoral, una embarazada exhibirse desnuda en la vitrina de una tienda de una calle principal de Santiago. No hay por qué asombrarse, por lo que ya es común.
  16. Puede considerarse despistado, a aquel que considera como una agresión al cuerpo humano, el hecho de una persona hacerse dibujos en su cuerpo, cuando ya los tatuajes son una cuestión de la nueva cultura nacional.
  17. Cae en infantilismo, todo aquel que vea como que va contra la moral o las buenas costumbres del pueblo dominicano de hoy, acciones que en otro período fueron depravadas, pero ahora caen dentro de la moralidad de la época.
  18. El que hace de ingenuo censurando como inmorales acciones que en el presente son perfectamente honestas, está totalmente confundido y puede ser considerado como puro mojigato. Es un atrevido el que critica al practicante de la nueva moral dominicana.
  19. Se ajusta a la perfección la moralidad que pone en práctica la nueva generación de dominicanas y dominicanos. Ella puede considerarse como la excelencia de la norma de vida en el proceder ajustado a su tiempo.
  20. En el vocabulario nacional dominicano, es bueno acostumbrarse a saber usar determinadas palabras, porque, por ejemplo, para lo que para algunos es degradación moral, para la mayoría es el ascenso, el aumento de la perfección moral.
  21. Esa generación de dominicanas y dominicanos, que hoy nos movemos dentro de la tercera edad, debemos de hacer conciencia de que la población de hoy, cambió de conducta y que lo que ayer veíamos como inmoral, hoy está rodeado de toda moralidad y aceptado como la excelsitud del proceder en sociedad.
  22. Entre nosotros, el concepto depravado ha desaparecido como expresión de censura al viciado en sus costumbres, porque el pervertido es visto como excelente exponente de la nueva moral social dominicana.

lunes, 21 de noviembre de 2022

Reiteración de mi código de la amistad

Introducción

Porque la sociedad dominicana está enferma, y todavía su quebranto llega a mayor profundidad, he creído conveniente reiterar la publicación de lo que para mí es las normas que regulan las relaciones entre mis amigos y amigas.

Mi vida con mis amigos

  1. En mi cabeza tengo una especie de código compuesto por normas que me dicen cómo debo comportarme con aquellas personas que mentalmente individualizo como amigas o amigos. Me creo un ejecutor de reglas que no debo eludir porque soy responsable voluntario de no esquivar su cumplimiento.
  2. Mi conciencia me manda a honrar mis convicciones; obedecer bajo cualquier circunstancia con el amigo o la amiga; respetar lo que el momento me dice, si el cometido me impone quedar bien, acorde a lo que me he enclavado en el cerebro como combinación codificada de la amistad.
  3. La línea de conducta con los míos, en las relaciones de afectos con aquellos que están en la lista de amigas y amigos, no hay ocasión para disculpas, justificaciones ni agarraderas. Mis normas de lo que debo hacer con el amigo o la amiga no me permiten procurarme explicaciones pueriles, ni el consabido penseque.
  4. Me muevo apalabrado, creo estar enredado con la palabra dada a quien confía en que soy su amigo; debo por esa confianza contraer todos los compromisos, sin importar riesgos. Poner mi voz en los oídos de mis amigas y amigos, siento que ha sido acogida y tengo el deber de honrarla.
  5. Para mis amigas y amigos siempre estoy ahí, donde me necesitan. Listo para lo que les pueda ser útil, en las buenas y en las malas; presto para acercarme, estar juntos o, si es de su interés, alejarme, separarme por conveniencia suya. Creo ser, por momentos, un instrumento de lo que el amigo o la amiga necesita de mí. Lo que no hago es escabullirme, echar el cuerpo afuera; marcharme; escurrir el bulto en el momento que se necesita mi presencia.
  6. Aquel que cuenta con mi amistad puede decir que nunca está solo, porque siempre estaré a su lado, espiritual o físicamente. No creo en dejar aislado, abandonado, desamparado a quien debo solidaridad, compañía, calor humano. En la dificultad del amigo debo hacer de facilitador, apoyarlo, sin buscarle tres patas al gato.
  7. La persona del amigo o la amiga la veo como la continuación de la mía; no percibo diferencia, desemejanza ni disparidad. Todo descansa en que para mí solo hay igualdad de afecto, semejanza en el cariño y la comprensión.
  8. No tengo mis oídos preparados para escuchar contra mis amigos o amigas las diabluras, chismes y granujadas que puedan salir de las gargantas de los canallas, malvados, envidiosos y resentidos. Me convierto en un duro de oído, como una tapia, terminando en hacerme el sueco.
  9. Pierde su tiempo aquel que escribe denostando, fastidiando o de cualquier forma lesionando a mi amiga o amigo. Me comporto como un invidente, un obstruido de la vista, con solo ver el título o la primera palabra escrita, dañando la persona de quien está fichado en mi conciencia como mi amiga o amigo.
  10. No le doy cancha, no tiene espacio en nada relacionado conmigo, el difamador y descalificador que procura tomarme como caja de resonancia, fuente para dar a conocer ideas sucias, intenciones para enlodar, deslustrar la persona digna y honorable de mi aliado en el afecto.
  11. No le hago coro a quienes se interesan por hacer circular infundio y perversidades contra mis cofrades. Me comporto sin correlación alguna con los que buscan tener aliados en las adversidades de mis compañeros. Si mi amigo comete una falta, no se la celebro, busco la forma de que la corrija, que rectifique; no se la aplaudo ni me pongo a propagarla, pero de él no hago leña.
  12. Poco me importa que mi amigo o amiga mantenga, al igual que conmigo, relaciones de hermandad con fulano o mengano; no debo inmiscuirme en sus vínculos con otras personas de su agrado. No me creo con calidad para seleccionarles a mis hermanos afectivos, el sujeto que deben tener como amigo.
  13. La política no me aparta en lo absoluto de quien es mi amigo, porque creo que es algo muy personal, aunque es mi deseo que se identifique con la ideología que sostengo. Debo buscar los puntos que nos unen, no los que sirven para descomponer las fraternas relaciones.
  14. Las cosas materiales de que dispongo están a disposición de mis íntimos, si las necesitan. Me despojo de lo que tengo sin lamentos para que, de ser necesario, lo tenga a su alcance mi camarada. En mí no hay espacio para el egoísmo, y mucho menos para quienes son mis especiales en la querencia.
  15. Tengo buen ánimo para compartir con los amigos; con ellos trato de ser expresivo, cordial y nunca despreciativo. Me siento obligado a que los que me motivan alegría sientan la calidez de que pueda disponer; la estima me gusta transmitirla sin limitación alguna.
  16. Me preocupo por manejarme con plena delicadeza con el amigo para que disfrute mi amistad; la distinción se la hago notar para que compruebe que me merece exquisitez, que su persona se hace acreedora del mejor y más precioso regalo que con esmero pueda hacer a persona alguna.
  17. El sentir del deber con mis amigos me manda a decir que estoy comprometido, ante el ataque de que sean objeto, a salir en su defensa; que no me está permitido ser indiferente cuando, gratuitamente, es embestido, agredido o lesionado sin causa justificada. No me cuadra la pasividad, estar ataraxias frente al insulto, a la diatriba que provienen, por lo regular, de los fracasados, resentidos y envidiosos de los éxitos de mi amigo o amiga.
  18. Con el amigo o la amiga me siento fusionado, con una vinculación tal que mientras se mantienen los lazos afectivos somos dos personas en una. Estoy licuado con los que me llenan el espacio de la amistad, es como si las dos almas lograran aunarse sin posibilidad de desligarse.
  19. Siempre he sido el mismo con los que fueron mis amiguitos de ayer; idéntico con los miembros de aquella familia a la que en mi niñez serví como trabajador doméstico a cambio de un plato de comida y del cariño sincero que recibía. Sin importar el largo tiempo transcurrido, sigo igual con los que, como canillitas y limpiabotas, ayer recorrimos el Centro Histórico de Santiago.
  20. Aunque provengo de los extractos sociales más paupérrimos de la sociedad del Santiago de la mitad de los años del siglo veinte, hoy, por mi dedicación a los estudios y al trabajo honrado, ocupando otra condición social, no he modificado mi forma de proceder ante mis amigos. Por el contrario, mi actitud hacia ellos se ha fortalecido; en nada se ha invertido, no se me han subido los aires a la cabeza.
  21. No puedo cambiar ante las personas de mi afecto especial porque estoy hecho de un material que no se presta a mudar, a volverse por el cambio de vida, por el progreso económico. La alteración, la metamorfosis no forma parte de mis actuaciones ante quienes gozan de mi cariño entrañable.
  22. El apego a mis amigos y amigas no lo transo con nadie, ni es objeto de compensación. No está en juego el querer a los míos en correspondencia al halago que pueda recibir; jamás pongo en la balanza lo que significa la persona a la que le he dado mi palabra de amigo. En una conversación que nadie ponga de por medio el mutatis mutandis, para que ceda en mi firme posición en la defensa de mi camarada.
  23. Aquel que bien me conoce sabe que de mi boca solo sale la expresión de la verdad para aquellos que no tengo nada que no puedan saber. Lo que expongo a los míos pueden suscribirlo con su sangre, darle autenticidad con su vida. Las palabras que escuchan pueden tomarla con el rango de testimonio, y luego acreditarlas, hacerlas constar con carácter de legitimidad.
  24. Lo que a mi amigo le manifiesto fuera de toda broma, puede tomarlo como garantía, expresión sincera de convicción; atestiguación, muestra fehaciente de la verdad. Lo puede hacer constar.
  25. Aunque he tenido amigos y amigas a los cuales me entregué sin reserva alguna, y me pagaron con la traición, o haciendo alianza impúdica con mis adversarios gratuitos, no he cambiado en lo absoluto lo que es mi forma de proceder y sentir para las personas de mi especial cariño.
  26. La felonía de que he sido víctima de parte de supuestos amigos y amigas no me ha hecho cambiar un ápice de lo que creo de la amistad, porque he aceptado la traición como proveniente de quienes se mueven en el lodazal de la infamia.
  27. De lo aquí expuesto con relación a mis amigos y amigas, pueden dar fe aquellos que todavía viven y son mis aliados, porque saben que lo escrito por mí en este trabajo ha sido mi trato, proceder, conducta y mi manera de obrar durante toda mi existencia.

domingo, 20 de noviembre de 2022

La necesidad de un país educado

  1. Un ordenamiento económico y social es altamente valorado por la mayoría de la población, por los logros obtenidos en el orden material y espiritual. Tener la posibilidad de desarrollarse física y culturalmente, solo se alcanza en un sistema que pone en primer plano al ser humano. El bienestar guarda relación directa con la forma de cómo está organizada la sociedad.
  2. La ayuda de más valor hecha a una persona es hacerla acreedora comprobada de buenas cualidades asimiladas en el círculo familiar y escolar. Las particularidades que identifican positivamente a ciudadanos y ciudadanas son el resultado de lo que aprendieron de sus ascendientes y preceptores.
  3. La manera de ser en la sociedad en general, es la que se ha adquirido en el núcleo familiar y pulido en los centros escolares. En la medida que se forman personas de elevada condición cívica y ciudadana, el país se fortalece porque va a contar con grupos humanos que aportan representatividad por su correcto proceder, fruto de una exquisita educación.
  4. Es demostración de querer encaminar correctamente a los hombres y mujeres del futuro cuando los orientadores dirigen sus mensajes para que sean bien recibidos por aquellos que mañana están llamados a ser modelos de sus conciudadanos.
  5. A los niños y a las niñas hay que educarles para que en el futuro procedan como adultos de actuar sencillo, libres de vicios sociales que, como la arrogancia y el engreimiento, en nada contribuyen a la buena acogida. Fomentar la decencia, promover la honestidad, animar el deseo de ser libre, es avivar, empujar a la niñez para que en la adultez esté apegada a la vida correcta en el seno de su comunidad.
  6. Estimular a niños y niñas para que sean productivos, es crearles el sentido de la eficiencia para que aporten al país, sean de utilidad, aptos para desempeñarse con total idoneidad.
  7. Al país le conviene tener mujeres y hombres bien criados; con educación excelente y correctamente adoctrinados a los fines de que en sus relaciones con los demás puedan dar demostración de haber sido instruidos para que se comporten con amabilidad, urbanismo y cortesía.
  8. El ser humano debidamente preparado está en condiciones de hacer causa común con las fuerzas motrices que en cada coyuntura histórica se adhieren, hacen coro con los que levantan la voz demandando transformaciones.
  9. Hay que ir formando el ser humano sensible, afectivo, para que aprenda a hacer suya la idea de la solidaridad, que es la más alta expresión de sensibilidad. Ser solidario, fraterno, entraña estar al lado de las causas justas, e impulsa a respaldar los movimientos de contenido social.
  10. Educar en la adhesión elimina la posibilidad de aceptar el egoísmo, el individualismo y el particularismo, así como todo aquello que motiva indolencia y dejadez.
  11. La persona cuyos padres la educan con principios sólidos de honradez, sinceridad, laboriosidad, responsabilidad, honestidad y fraternidad, llega a ser un ciudadano o una ciudadana de bien, de fino trato, diligente, tolerante, generosa, compasiva y siempre en disposición de servir.
  12. Necesitamos comenzar a desarrollar a dominicanos y a dominicanas virtuosas que sirvan de ejemplo en la sociedad, en el orden ético y moral, con la suficiente fortaleza educativa para resistir las tentaciones nocivas que puedan supervivir de un ordenamiento generador de taras que dañan a los seres humanos.
  13. Nuestro país necesita contar con personas que por la educación que les transmiten sus padres y les enseñan en las escuelas, se comporten con limpieza en sus actuaciones. Solo así olvidaremos las inconductas que ahora muestran determinados sectores que prueban que no fueron educados en honradez, probidad, compostura y modestia.
  14. La deshonestidad no tiene espacio en la mente de aquellos que fueron orientados basándose en la pureza, el recato y la integridad. Los desvergonzados, los descarados se mueven bien allí donde no se tiene la honradez como signo de buena crianza en el hogar y de pedagogos cumplidores de su misión de instruir.
  15. La buena formación que padres y maestros les den, respectivamente, a vástagos y alumnos, va a permitir que nos olvidemos de las lacras que hoy lamentamos sufrir, entre las que se destacan corrupción, drogadicción, narcotráfico, sicariato, feminicidios, ladronismo, sinvergüencería, deshonestidad, así como degradación ética y moral.
  16. A nuestra niñez debemos levantarla con principios arraigados, incrustados en su conciencia para eliminar del ambiente dominicano todo lo que representa asesinato, crimen, delincuente, degeneración, así como aquellos fenómenos que hacen posible la vigencia de tachas que lesionan a cualquier pueblo civilizado.
  17. Si se cumple fielmente la misión educadora, de seguro que las generaciones venideras recordaran las tachas que hoy nos lesionan, como afrentas de un pasado vergonzoso que como seres humanos sufrimos.
  18. No debemos seguir viviendo bajo agravio, escarnio, insolencia, vituperio y contumelia. Merecemos vivir en un ambiente que no se fundamente en la preponderancia de los que degradan, deshonran, humillan, avergüenzan, abruman, en fin, toda esa escoria social que solo nos trae tristeza.

miércoles, 16 de noviembre de 2022

Para el país salir adelante

I.- Por la renovación de la sociedad dominicana

  1. Los mejores hombres y mujeres del país deben sentirse comprometidos para con su accionar político y social crear las premisas materiales para resucitar las perdidas virtudes ciudadanas que tanta falta están haciendo en el ambiente nacional.
  2. Se impone restablecer el proceder que ayer exhibió la generalidad de nuestros conciudadanos, lo que les hacía personas distinguidas por sus correctas actuaciones. Debemos reactivar esos valores que caracterizan a los comunitarios de bien.
  3. Regenerar, renovar lo que da a conocer un país compuesto por entes sociales bien estimados, que está haciendo falta en el ambiente nacional dominicano, y semejante situación no se alcanza bajo cualquier orden económico y social.
  4. A nuestro país hay que relanzarlo, a los fines de que recobre el civismo; estimularlo para que rescate el correcto proceder; haga suya la necesidad de que en él impere la decencia, la hidalguía y el respeto perdido a la honestidad y a la honradez; para que a la conciencia de ciudadanas y ciudadanos retorne su actitud hacia su pasado orgulloso de ser personas confiables por su integridad.

II.- Confiar y preparar a la niñez

  1. Solo formando a la niñez de hoy en el actuar correctamente podemos recomponer el país, y con ello eliminar cualquier posibilidad de mantener la enferma sociedad actual.
  2. Hay que salvar a los que no han quedado atrapados en la red de formación mediocre. Sin una educación integral e instrucción de calidad, no vamos a tener hombres y mujeres educados y, por vía de consecuencia, el nuestro no será más que un país de tarados.
  3. Hay que hacerle comprender a cada niña o niño dominicano de hoy, que va a ser valorado en el futuro, no por su capacidad, talento y patrimonio económico, sino por la posición que haya asumido en cada coyuntura de la vida política y social, al lado de las causas justas.
  4. Las niñas y niños del futuro deben asumir con su país un compromiso social, ético y moral. Revestirse de un espíritu de sacrificio; saber que como miembros de la sociedad donde han nacido, formado y desarrollado, tienen que, además de su actividad laboral como medio de subsistencia, servirles a la comunidad, incidir en la vida pública sin importar las circunstancias.

III.- Compromiso de los padres

  1. La crisis que padece la sociedad dominicana en el orden económico, social, institucional y moral, es sumamente preocupante; y lo peor es que todavía no ha tocado fondo.
  2. El relajamiento en el seno de la familia ha conducido al desenfreno; la degradación ha sido aceptada por muchos padres con indiferencia, lo que lleva a que la depravación se vea como algo normal.
  3. Los padres de familias que delegan en la escuela la formación de sus hijos e hijas, proceden en forma equivocada, porque desconocen que la educación en el hogar es la base fundamental para el comportamiento, en el futuro, de los adultos.
  4. El sistema educativo dominicano, si no fracasó por completo, está por esa vía, por lo menos eso es lo que dicen las estadísticas. El objetivo no es alarmar, pero la verdad es que la situación que estamos viviendo es grave en cuanto a instrucción, aunque se quiere presentar como sin trascendencia.
  5. A los niños y a las niñas hay que educarles para que en el futuro procedan como adultos de actuar sencillo, libres de vicios sociales que, como la arrogancia y el engreimiento, en nada contribuyen a la buena acogida.
  6. El altanero es visto como el individuo de educación limitada, que lleno de vanidad y muy presumido, se cree que está por encima del bien y del mal, y siempre listo para con su trato malvado hacer sentir mal a otro, aunque finalmente termina siendo repugnante.
  7. Al país le conviene tener mujeres y hombres bien criados; con educación excelente y correctamente adoctrinados a los fines de que en sus relaciones con los demás puedan dar demostración de haber sido instruidos para que se comporten con amabilidad, urbanismo y cortesía.
  8. La única forma de dejarle al país un mejor futuro es salvando a nuestras niñas y niños, educándoles para que tengan una conducta que les haga hombres y mujeres de bien para el porvenir.
  9. Civilizar bien a los que en el mañana están llamadas a accionar en distintas actividades públicas y privadas, es cumplir una función social, ya sea como padre o maestro.
  10. Estimular a niños y niñas para que sean productivos, es crearles el sentido de la eficiencia para que aporten al país, sean de utilidad, aptos para desempeñarse con total idoneidad.

Ideas finales

  1. De la buena formación de nuestros muchachitos y muchachitas va a depender que podamos sentar las bases para construir un país nuevo, con personas en condiciones de identificarse con los cambios sociales, económicos, políticos e institucionales a que aspiramos y merecemos.
  2. El ser humano debidamente preparado está en condiciones de hacer causa común con las fuerzas motrices que en cada coyuntura histórica se adhieren con los que levantan la voz demandando transformaciones.
  3. En los hogares y en las escuelas hay que ir formando el ser humano sensible, afectivo, para que aprenda a hacer suya la idea de la solidaridad, que es la más alta expresión de sensibilidad.
  4. Ser solidario, fraterno, entraña estar al lado de las causas justas, e impulsa a respaldar los movimientos de contenido social. Educar en la adhesión elimina la posibilidad de aceptar el egoísmo, el individualismo y el particularismo, así como todo aquello que motiva indolencia y dejadez.

lunes, 14 de noviembre de 2022

Algunos mensajes para la niñez

I.- Aportar conocimientos a la niñez

  1. Mientras formemos parte del mundo de los vivos, hay que aportar; ninguna coyuntura de nuestra existencia puede ser desperdiciada; no debemos perdernos en cuestiones insignificantes, porque a las oportunidades hay que sacarles provecho con sentido social.
  2. Es útil hacer labor de orientación, y más cuando la llevamos a cabo en beneficio de la niñez. Aconsejar, y de cualquier manera encaminar, hace posible sembrar ideas para el futuro del país. Llevar de la mano sanamente es encauzar adecuadamente para la posteridad.
  3. De cualquier forma sale beneficiado el ser humano, cuando en la adolescencia recibe buenos y oportunos consejos, por lo que enseñar a los niños y a las niñas es aleccionarles para que en el mañana sean mujeres y hombres de bien, y modelo de buenos ciudadanos.
  4. Poco importa la condición de maestros, progenitores o abuelos. Lo que hay que ocuparse es de ser eficiente colaborador del bisoño; preparar la mente de quién está llamado como adulto a participar en el quehacer político y social de su país.
  5. Tomando en cuenta el descalabro del sistema educativo que afecta a todo nuestro país, estamos en la obligación cívica y ciudadana, de hacer lo posible de que no siga desarrollándose una comunidad de futuros comunitarios groseros.
  6. Las abuelas y los abuelos, en ocasiones deben ponerse por encima de las opiniones y creencias de hijas e hijos, padres de sus nietas y nietos, y exponerles a estos lo que es la realidad de la vida y cómo se desarrollan los fenómenos en el seno de la sociedad humana.

II.- Hablar con los nietos y las nietas

  1. A los niños hay que inculcarles el correcto proceder, la adecuada vida en sociedad, la necesidad de la cortesía. Si aspiramos tener un país de ciudadanas y ciudadanos educados, cultivados en las letras y las artes; instruidos, con buenos modales, debemos aportarles todo lo que les haga posible su ilustración.
  2. En el cerebro de las niñas y niños debemos de tratar que se fijen las ideas buenas, no las malas. Esto lo podemos lograr mediante la prédica; a esos inmaduros y tiernos seres humanos hay que edificarles para que nos recuerden como sus fructíferos predecesores, no como fútiles antecesores.
  3. Cada abuela o abuelo determina la forma como trata a sus nietas y nietos; unos buscan hacerles que se sientan bien poniéndoles en sus manos cosas materiales, otros, entre los cuales me incluyo, les aportamos ideas, consejos que sirvan para formarles para la adultez.
  4. Me siento bien como abuelo cuantas veces tengo la posibilidad de transmitirles a mis nietas y nietos, las vivencias, las experiencias, los sucesos en los cuales he participado o he sido testigo directo.
  5. Estoy en el deber de hacerles saber a mis nietas y nietos, que la vida no es como quieren que sea, sino como está en la realidad, y a ellos les corresponde eliminar lo negativo y preservar lo positivo que nos ha dado la naturaleza y lo que ha hecho bueno la especie humana.
  6. Cada abuela o abuelo debe hacer conciencia de la situación de desmoralización en que se encuentra la sociedad dominicana, y partiendo de esa materialidad, ha de actuar en consecuencia con relación a la conveniencia de edificar a sus nietos y nietas en lo que deben ser las mujeres y los hombres del futuro, en el adecuado comportamiento y la conducta correcta.
  7. Procede hacerles saber a las nietas y a los nietos que deben recompensar a lo que en verdad se llama pueblo dominicano, con actos positivos como hombres y mujeres de bien; retribuirle lo que de él han recibido, devolverle con aportes de su trabajo material o intelectual; pagarle al país cumpliendo con sus deberes como personas comprometidas con las causas justas, sin flaqueza, apatía ni pusilanimidad.
  8. Las abuelas y los abuelos sensatos no pueden ignorar que los adultos que ya estamos dentro de la tercera edad, no debemos abandonar el ambiente dominicano, sin hacer un esfuerzo por llevarles a los niños mensajes que les sirvan de sana orientación, de motivación para que se levanten abrazando, reverenciando los buenos ejemplos de comportamiento, que se identifiquen con un modo de vida decorosa, digna e intachable.
  9. Los abuelos y las abuelas de nuestro país, que se mantienen en la brega por un futuro mejor para sus nietas y nietos, les está prohibido jubilarse en la lucha por cambiar la realidad vigente; el retiro no les cuadra; licenciarse ahora equivale a dejarle el camino libre a los que hay que arrinconar para que no sigan haciendo daño.
  10. Abuelas y abuelos consecuentes con sus nietas y nietos, son aquellos que permanecen en la faena, en el accionar diario, enfrentando lo nocivo, las lacras sociales; aprovechando el tiempo hábil para cuestionar los abusos, impugnando los actos de los canallas que con sus acciones bochornosas contaminan el medio social dominicano.
  11. Por encima de todos los vicios que corroen a la sociedad dominicana de hoy, debemos de confiar que se han de formar niños y niñas con buena conducta, para que en el futuro nuestro país cuente con jóvenes que abracen ideas nuevas, de decencia; muchachos y muchachas que se identifiquen con las causas justas, chicos que sean continuadores del ejemplo de los que aquí han dado sus vidas por un mejor país.
  12. Si queremos que los dominicanos y las dominicanas del futuro actúen con voluntad propia, orientada a lo recto, lo legítimo y justo, hay que guiar a la niñez en el sentido de que la sociedad actual no es el modelo a seguir, porque está sucia, viciada y contaminada; que corresponde a ellos limpiarla, sanearla desde arriba hasta abajo; que deben prepararse para hacer labor de purificación social, eliminando lo nocivo, separando lo dañino, hasta alcanzar la creación de un nuevo orden social.
  13. En un medio como el dominicano de hoy, las abuelas y los abuelos que creemos que no todo está perdido, y que algo se puede salvar, estimulando a las nietas y nietos para que crean en la dignidad, el decoro, la honestidad y el actuar con vergüenza, ante la proliferación de la indecencia a todos los niveles.
  14. No podemos desconocer que en nuestro medio hay personas que, como dice el refrán, “no lavan ni prestan la batea”; “no dan ni dicen donde hay”. Son los mismos que critican a quienes, ante la podredumbre social actual, se preocupan por llevar sana orientación a sus nietas y nietos.

Ideas finales

  1. A mis nietas y nietos les he dicho que no me creo dechado de virtudes, modelo de abuelo, ejemplo de civismo, portador exclusivo de la verdad, ni el ciudadano ideal. Pura y simplemente, soy un ser humano preñado de defectos y escasas virtudes; que en todo el curso de mi vida he tratado de ser consecuente con mi forma de pensar y actuar, sin buscar nunca beneficios personales con el accionar en la vida pública.
  2. A mis nietas y nietos les digo que su abuelo no es ni cree ser inteligente, talentoso, genio, ni sabihondo de nada; que solo procura analizar los fenómenos partiendo de la realidad concreta, y aplicando el sentido común, sobre la base de la experiencia acumulada por los años que ha vivido.
  3. Por último, aunque la teoría de los premorientes no es absoluta, creo en ella. Por tal razón, vivo convencido, y es mi deseo, que he de morir primero que mis hijos, nietas y nietos; y además, espero partir del mundo de los vivos sin dejar nada material como patrimonio económico.
  4. Lo que sí aspiro es que mis descendientes reciban como herencia las reflexiones objetivas, las vivencias comprobadas y los conceptos ajustados a la verdad que les he transmitido. Los juicios planteados que se correspondan con la realidad y las orientaciones sanas que les he expuesto para que sean para la sociedad seres humanos sustanciales, sostenedores de un ordenamiento social que satisfaga las más legítimas aspiraciones de nuestro pueblo.